En Albacete capital hay 24 casas de apuestas deportivas y un casino, que se concentran en 11 de los 25 barrios del casco urbano, dos menos que al inicio de la pandemia en marzo de 2020. De ellos, 15, el 60%, pertenecen a la empresa Codere, que presenta una distribución de aspecto circular a lo largo del perímetro del municipio, con una fuerte presencia a lo largo del Paseo de Circunvalación, así como en los barrios Hospital y Franciscanos. El segundo operador del juego en Albacete es Orenes, que con cinco establecimientos se encuentra instalado en barrios como Hospital, San Pablo y Pedro Lamata. El tercero, con cuatro establecimientos, es Sportium y tiene presencia en Feria, Villacerrada-Centro y Franciscanos.
Son las conclusiones de un trabajo de campo que realizó el técnico municipal en Drogodependencias a lo largo de 2020 y que la concejal de Atención a las Personas, Juani García, presentó en abril de 2021. Desde entonces hasta hoy, nada ha cambiado. «No nos consta que haya cerrado algún establecimiento y como sigue en vigor la moratoria del Gobierno de Castilla-La Mancha, tampoco se han abierto nuevos», apunta la edil socialista. Por tanto, 24 casas de apuestas deportivas y un casino que suponen una incidencia de 15 locales por cada 100.000 habitantes, «una barbaridad», afirma Juani García, quien asegura que, en función del análisis de campo que realizó el responsable del Plan Municipal de Drogas, «a menos de cinco minutos desde cualquier punto de la ciudad hay una casa de apuestas».
Por este motivo y dentro de las competencias que pueden aprovechar las entidades locales respecto al sector del juego, el Ayuntamiento ha decidido buscar las herramientas legales existentes para conseguir que el Gobierno de Castilla-La Mancha declare Albacete como «ciudad saturada de casas de apuestas». Todo ello con el objetivo no solo de impedir el crecimiento del sector en esta capital, sino del intentar reducir el número de establecimientos dedicados a los juegos de azar. De momento, desde la Concejalía de Atención a las Personas ya se está trabajando para encontrar una solución, que puede venir en forma de ordenanza municipal, para evitar renovar la licencia de apertura a una casa de apuestas que cierre sus puertas de forma definitiva. «Tenemos sobre la mesa algunas cuestiones que queremos explorar», avanza Juani García, que puntualiza que estas herramientas legales se desarrollarán desde el punto de vista de protección sanitaria y de la salud.
El Ayuntamiento de Albacete trabaja en esta declaración al mismo tiempo que el pasado domingo entró en vigor la Ley del Juego de Castilla-La Mancha y el decreto que la desarrolla. Una de sus novedades es el desarrollo de los criterios de medición de las distancias mínimas establecidas en la Ley entre este tipo de instalaciones y los centros de enseñanza. De esta forma, la nueva normativa autonómica estipula una distancia mínima de 150 metros entre locales de juego y de 300 metros respecto a centros educativos de Enseñanza Secundaria.
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