«El prototipo de poeta maldito es Lorca»

A.D.
-

La asociación Aluex continúa con su ciclo de conferencias en el salón de actos de la Diputación Provincial. Ayer intervino Arturo Tendero, periodista y escritor, que comentó a La Tribuna de Albacete algunos aspectos de su charla, Poetas malditos.

Arturo Tendero. - Foto: Arturo Pérez

La asociación Aluex continúa con su ciclo de conferencias en el salón de actos de la  Diputación Provincial. Ayer intervino Arturo Tendero, periodista y escritor, que comentó a La Tribuna de Albacete  algunos aspectos de su charla, Poetas malditos.

¿Qué es un poeta maldito?

En realidad, hablé, entre otros aspectos, de cómo se creó ese concepto feliz, como otros que designan algo a la vez atractivo y prohibido, se ha hecho muy popular y hay muchos poetas que buscan ser también poetas malditos. 

El origen fue más confuso que eso, no designaba lo que hoy podríamos entender por poeta maldito porque hubo, desde el principio ya, deslizamiento  del significado. 

¿Quién creó ese término?

El que creó el término fue Paul Verlaine, con una pequeña antología que llamó Los poetas malditos donde incluía a Rimbaud, con quien había tenido una relación apasionada y al que admiraba como poeta. La idea de Verlaine cuando escribió esa antología, en la que también estaba Mallarmé, es que eran poetas muy buenos, pero no estaban bien considerados. Esa antología la hizo con el ánimo de ensalzarlos y darlos a conocer. Hablamos del año 1884.  

¿Cómo evolucionó ese termino?, ¿los conocemos como poetas muy buenos y poco leídos?

Ha habido, como decía un deslizamiento del término. Paul Verlaine creo que, en principio, lo que quería era congraciarse con Rimbaud, porque su relación acabó a tiros, y lo que pasa es que curiosamente, no se congració,   pero sin embargo, ese nombre funcionó porque los poetas incluidos en el libro alcanzaron notoriedad. Lo que hizo Verlaine fu ampliarlo y cuatro años más tarde hizo otra antología, más seria, en donde incluyó otros tres poetas, uno de ellos él mismo disfrazado, Pauvre Lelian. Fueron los críticos, cuando leyeron Poetas malditos, los que  pensaron inmediatamente en Baudelaire, que era el gran poeta francés del XIX, que no lo había incluido Verlaine porque había tenido éxito, como ocurrió con Las flores del mal,  aunque su vida daba para estar incluido y, encima, era un gran poeta. 

Yo creo que hubo un traslado de esa idea inicial de Verlaine a poeta maldito, pasando por Baudelaire.  

¿Serían esos poetas contestatarios, de vida desordenada y que mueren jóvenes?

El concepto de poeta maldito en nuestra época designa a alguien que muere joven, que deja su obra inacabada. En España, el prototipo de poeta maldito es Lorca. Murió joven, de mala manera y, sobre todo hay otra cosa detrás de Lorca, el duende, una especie de inspiración, pero a lo bestia. El duende sale del fondo del ser y es que Lorca tenía mucho que ocultar. Siempre dependió económicamente de su padre y tenía que demostrarle que el dinero que le daba, se lo había ganado, que ser artista era importante. Además, tenía que ocultarle que era homosexual. Es maldito no solo porque murió joven, tuvo que luchar, una lucha interior, por mantener sus secretos, demoniacos para esa época.

¿Hoy tenemos también?

El poeta maldito se purifica en su obra, lleva una vida aciaga, terrible, por ejemplo, alguien alcoholizado, que se refugia en la obra donde puede purificar la vida, pierde su vida, pero salva su arte. Un concepto que podemos trasladar a nuestra época. 

He conocido algunos que consideraría malditos, por ejemplo José Luis Parra, poeta valenciano que murió hace unos años, un hombre autodestructivo y un poeta extraordinario. 

¿Además de extraordinario, otra condición puede ser la ausencia de éxito?

Por ejemplo Baudelarie fue poeta maldito y tuvo mucho éxito, el gran padre de la poesía actual. Hay un poeta que se tiene por maldito, Leopoldo María Panero, con mucha gente que lo admira, que llegó a decir que hay que escribir que parezca que se entienda, pero que no se entienda, que tuvo problemas. Sería prototipo de maldito. 

ARCHIVADO EN: Lorca, Albacete, España