La pandemia ha tenido un efecto notable también en la salud mental de nuestros jóvenes. Tanto es así que el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, no dudó en reconocer que se han incrementado los intentos de suicidio entre los jóvenes y se ha detectado un aumento de los trastornos de conducta alimentaria. El consejero informó que se han elevado un 18% las derivaciones a las unidades de salud mental infanto-juveniles, de las que el 98% responden a problemas con las tecnologías de la información, adicciones, acoso cibernético o trastornos adaptativos.

Es por eso que se ha hecho más necesario que nunca renovar por otros cuatro años la colaboración que ya existía desde 2016 entre las consejerías de Sanidad, Educación y Bienestar Social, para dar respuesta a esta situación y generar las herramientas adecuadas para prevenir primero y actuar llegado el caso, ante este tipo de situaciones.

Los máximos responsables de los tres departamentos comparecieron para dar cuenta de esta renovación de un convenio que ofrece una operativa combinada en la que se encuentran Inclusión Educativa, Coordinación de Salud Mental, Planificación y Gestión de la Atención Social y Prevención y Apoyo a las familias.

La consejera de Educación, Rosa Ana Rodríguez, aseguró que el acuerdo pretende que las tres consejerías implicadas trabajen de forma trasversal para crear «espacios comunes y rellenar otros espacios que todavía no son realidades pero que, en un futuro muy cercano, pueden serlo». «Hemos dado pasos decisivos» en cuestiones importantes para la Comunidad Educativa, subrayó Rodríguez, aunque reconoció que «todavía nos queda mucha prevención y abordaje de determinadas situaciones, de ahí que el convenio no sólo nos permita estar ahí, sino también seguir avanzando».

Para la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, este acuerdo es un «ejemplo de colaboración, de impulso, y de un trabajo coordinado» para atender todas las áreas de la vida de una persona con necesidad de apoyo.

García Torijano destacó la importancia de un acuerdo con el que «se trabaja en aspectos importantes como el acoso escolar, el ciberacoso, el abuso sexual, la atención temprana, situaciones de exclusión social o de riesgo de desprotección», llevando a cabo acciones con programas efectivos que se desarrollan conjuntamente como pueden ser el programa '#TÚCuentas', que ha realizado más de 2.000 sesiones de talleres preventivos del acoso escolar, atendiendo a 30.000 alumnas y alumnos de Primaria, así como «la labor de prevención e intervención en violencia familiar», realizada con casi 26.000 menores a través de más de 1.600 actividades.