Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Mejorar la formación profesional

12/07/2021

El tercer desafío del informe España 2050 propone «Mejorar la formación y recualificación de la población». Su énfasis en la formación profesional me parece muy acertado. Además de abrir nuestras mentes a la cultura y de capacitarlas para la innovación, el sistema educativo ha de formar profesionales capaces de atender las necesidades del tejido productivo, incluyendo el autoempleo.
En la sección de logros, el informe presume de que entre 1980 y 2020 se crearon dos millones de plazas en la Universidad y la Formación Profesional Superior (FPS). Y de que hoy en día el 47% de los adultos nacidos a partir de 1980 tiene un título universitario.
Sin negar tales logros, resumiré los interrogantes que me asaltan. Primero: ¿Somos conscientes de las diferencias entre cantidad y calidad, y de las diferencias personales en inteligencia y voluntad? En su libro El pacto inmoral, Sophie Cognard rastrea las causas del deterioro progresivo del sistema educativo francés. Una exministra de Educación entrevistada reconoce que el sistema empezó a hundirse el día que el presidente le pidió que hiciera lo necesario para escalar a los primeros puestos del rango universitario mundial pasando de uno a dos millones de estudiantes universitarios. El objetivo actual es que todos los graduados tengan uno o varios másteres. Mañana será que todos ellos alcancen uno o varios doctorados. ¿Para qué?
Segundo: ¿Por qué mezclan las cifras correspondientes al sistema universitario y la FPS? Me temo que casi todas las nuevas plazas son universitarias. Urge tratar con todo el interés que merece la formación profesional, básica y superior. Alemania demuestra que es allí donde se cuece la empleabilidad de nuestros estudiantes.
Tercero: ¿Estamos dispuestos a aprovecharnos de las sinergias entre instituciones educativas superiores y empresas? ¿Hasta cuánto prevalecerán los prejuicios ideológicos contra el mercado y la empresa que nos da el pan y el salario para comprarlo?