Excelencia académica y visión de futuro

A.G.
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Leandro Urbano, joven de origen carcelenero, obtuvo una beca de posgrado en el extranjero de la Fundación la Caixa, con la que cursará el Máster de Políticas Públicas y Desarrollo Económico en Harvard

Leandro Urbano (derecha), con sus padres y Felipe VI, en la ceremonia de entrega de las becas. - Foto: L.C.

Visión, ambición y determinación. Son las tres cualidades con las que Leandro Urbano Tornero resume una brillante trayectoria académica y profesional que le ha llevado a ser uno de los 120 beneficiarios de las becas de posgrado en el extranjero de la Fundación la Caixa, merced a la que realizará el Máster de Políticas Públicas y Desarrollo Económico en la Escuela Kennedy de la universidad estadounidense de Harvard.

Natural de Carcelén y criado en la localidad valenciana de Ademuz, Urbano acumula ya una amplia experiencia a sus 25 años, que le ha llevado a cursar estudios en algunos de los centros más prestigiosos del mundo. Destaca que lo consiguió «desde un entorno que podría entenderse como desfavorecido para esos objetivos, en una familia humilde y siempre atendiendo a colegios públicos». Su excelencia académica le llevó a conseguir una beca del 100% para cursar el Grado de Administración y Dirección de Empresa en la Esade Business School de Barcelona, un paso al que llegó «a fuerza de curiosidad, de moverme para ampliar mis conocimientos, viajando para aprender inglés, y de intentar conseguir más de lo que se esperaba de mí y no quedarme solo con las opciones que tenía cerca de casa».

«Una vez que accedí a ese entorno internacional, se me abrieron las puertas de los caminos que quiero seguir» y que le llevaron a enriquecer su formación en la London School of Economics o la parisina Sciences Po, antes de comenzar una carrera profesional como «economista con un perfil que me permite hablar tanto el lenguaje de las políticas públicas como el del sector privado». Ejerció durante tres años como asesor de «líderes de grandes empresas y gobiernos» en política industrial, materia en la que aspira a ser «un experto a nivel mundial», pero aún quería «cerrar el círculo de mi formación» con ese prestigioso Máster en Estados Unidos.

Para poder costearlo, decidió presentarse al «proceso durísimo» de admisión a las becas de la Fundación La Caixa, en el que fueron finalmente 120 los seleccionados, cifra que supone solo un 9% de los aspirantes y cobra aún más relevancia al tenerse en cuenta que solo nueve becas correspondieron al campo de las ciencias económicas y empresariales, según explican desde la propia fundación. En el camino, el joven de origen carcelenero tuvo que presentar cinco cartas de recomendación, un currículum extendido, una carta personal sobre sus objetivos y finalmente superar una entrevista «ante un panel de expertos» de su sector.

Superado todo ello, recogió recientemente su reconocimiento en la ceremonia de la cuadragésima edición del programa, celebrada en CaixaForum Madrid y presidida por los Reyes de España (como puede verse en la imagen, donde Urbano posa a la derecha con sus padres y Felipe VI). Ese día «fue muy emocionante para mis padres y un orgullo para mí», relata Urbano, destacando que «en mi camino, las personas tienen un papel central», agradeciendo el aprendizaje y el apoyo que ha tenido durante este tiempo de sus familiares, compañeros de estudios y «los mentores» de primer nivel que le respaldaron.

Además de esa «gratitud enorme» hacia sus allegados, el economista afronta esta semana el viaje a Estados Unidos con «ilusión por contar con nuevas oportunidades en un entorno de compañeros excepcional y también responsabilidad, porque tengo la ambición de que mi trabajo sirva a la sociedad y para hacer del mundo un lugar mejor».

Para su desempeño profesional, tiene claro que es el de las políticas industriales el campo al que quiere dedicarse, «siempre desde un enfoque práctico, ya que no tengo ambición por desarrollar una carrera académica». Su objetivo «es ser uno de los líderes en el sector y contribuir a darle forma y revolucionarlo de la forma que necesita, porque se ha encontrado con unas cadenas de suministro que no funcionan y un reto climático que necesita del desarrollo de industrias muy concretas y materiales que vienen de países complejos». Ante esa situación, asegura que «tanto gobiernos como sectores industriales tienen el imperativo de repensar asuntos tan importantes cómo cuáles son sus cadenas comerciales, qué sectores han de ser estratégicos o si han de redoblar su apuesta por las renovables para propiciar su autonomía energética. Son cuestiones que creíamos resueltas, pero no lo están».