Albino Escribano Molina se convirtió en decano del Colegio de la Abogacía de Albacete en 2018 y desde el pasado 9 de abril es presidente del Consejo de la Abogacía de Castilla-La Mancha, tras vencer en la votación al decano de Cuenca, Ismael Calvo.

¿Cómo surgió la decisión de presentarse al cargo de presidente del Consejo de la Abogacía de la región?

Es una decisión personal, pero si hubo compañeros que me animaron a tomarla, convencidos de que podíamos realizar un trabajo para solucionar algunas cuestiones que hay que solventar y para, en la medida de lo posible, mejorar todo lo que se pueda, siempre con la vista puesta en la mejora de las condiciones de trabajo de los compañeros, no sólo de Albacete, sino de toda la región.

Es un cargo por cuatro años.

En principio es un cargo por cuatro años, lo que ocurre es que yo soy consejero nato del Consejo, al ser decano y en consecuencia si dejo de ser decano dejaría de ser consejero, con lo cual, la idea es realizar un cambio de estatutos, que quizá modifique el régimen de presidencia del Consejo, de modo que todos los colegios puedan contribuir a la presidencia del Consejo y esa es una tarea que nos hemos impuesto, la de reforma de estatutos, que afectará solamente a los cargos, sino sobre otras cuestiones que se nos han planteado en los últimos años y queremos solucionar.

¿A qué cuestiones se refiere?

La cuestión fundamental es la de la independencia de los colegios en el Consejo; es decir, el Consejo no es un órgano por encima de los colegios, es un Consejo de Colegios, que tiene por finalidad coordinar, ayudar, apoyar y establecer vías de comunicación entre todos los colegios de Castilla-La Mancha, en orden a mejorar las condiciones del ejercicio, por parte de todos los colegiados, sin perder de vista esa libertad fundamental e independencia de los colegios. En el régimen de presidencia en la inmensa mayoría de consejos autonómicos de todo nuestro país, hay un turno rotatorio de presidencia y no una presidencia electiva, eso garantiza esa igualdad efectiva, esa independencia y esa representatividad en los cargos directivos del Consejo, de todos los colegios.

Actualmente hay también una representatividad, puesto que en la Junta de Gobierno están representados todos, pero al fin y al cabo la cabeza es uno de los cargos más visibles y es una de las cuestiones que debemos determinar.

¿Le gustaría que el cargo de presidente fuera rotatorio entre los decanos de los diferentes colegios de la región?

Sí, vamos a plantear al Pleno que el cargo de presidente sea rotatorio entre los decanos de los diferentes colegios de la región y tendrá que aprobarlo el Pleno, porque los estatutos, con una mayoría cualificada, tienen que aprobarse por todos los consejeros, pero mi idea es proponerles este tipo de presidencia, que se olvida de personalismos y que daría el protagonismo a quien lo debe de tener, que son los colegios y, en definitiva, los colegiados.

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