En manos de la FEB

C. Guzmán
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Los descensos y ascensos a la ACB impiden dar por terminadas las ligas, decisión que esperan, entre otros, cinco clubes albacetenses

Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, durante una visita reciente a Albacete. - Foto: Rubén Serrallé.

Algunas federaciones deportivas, en especial las que manejan un importante volumen de negocio, andan con el pie cambiado desde el comienzo de la crisis del coronavirus. La práctica imposibilidad de reanudar la competición, en una situación sin precedentes, no encuentra una respuesta realista que ponga fin a la incertidumbre en los jugadores y clubes, especialmente los que disponen de menos recursos. Es el caso del baloncesto, en cuyas categorías nacionales compiten cinco equipos de la provincia repartidos en tres categorías: LEB Oro (CB Almansa), LEB Plata (Albacete Basket, CB Villarrobledo y JFG La Roda) y EBA (Tobarra CB). Todos ellos esperan una decisión definitiva que parece no llegar. Recientemente, la Comisión de Presidentes de Federaciones Autonómicas de la Federación Española de Baloncesto, reunida por vía telemática, ratificó la prolongación del aplazamiento de las jornadas hasta los próximos días 11 y 12 de abril, fecha de conclusión (provisional) del estado de alarma, lo que, en la práctica, volvió a dejar sobre la mesa la decisión última de qué hacer con la competición. La primera opción para la FEB es intentar terminar la temporada, por muy remoto que parezca ese escenario. La razón de esa insistencia procede de las máximas categorías: están en juego dos descensos  y dos ascensos en la ACB y Liga LEB Oro (se ha pensado incluso en una fase final para este última), una patata caliente para el ente que preside Jorge Garbajosa. Es por ello que la FEB se cura en salud y no pretende dar por concluido el ejercicio 2019-2020 tomando una decisión acerca de los integrantes de las categorías para la próxima campaña. Iniciarla con los mismos participantes o designar ascensos y descensos atendiendo a nuevos criterios administrativos podría dar lugar a impugnaciones y demandas que no está dispuesta a asumir. La Federación intenta ganar tiempo hasta, al menos, mediados de abril para tener bases sólidas desde el punto de vista jurídico sobre las que hacer descansar la decisión que tome. No se prevé que la demore más allá de las fechas establecidas, pese a ese temor a una avalancha de reclamaciones, las correspondientes medidas cautelares, que ponga en peligro la próxima temporada. desazón.  Entretanto, la situación de los clubes es extremadamente delicada. El CB Almansa, por ejemplo, ya anunció la tramitación de un ERTE, y el resto otean una viabilidad difícil. Con los jugadores extranjeros, al menos muchos de ellos, se llegó a un acuerdo para que retornasen a sus países de origen abonándoles sus salarios hasta las fechas jugadas, y los nacionales están a la espera, con la única salida para los clubes de sendos ERTEs si no se da una solución definitiva en cuanto a la vigencia o no de la competición. En cualquier caso, las consecuencias de la pandemia y la consiguiente indefinición sobre el futuro conduce a una situación ruinosa para las entidades, ahogadas en los ingresos y sin perspectivas de sostenerse. (MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA)