"Cuanto más saludable sea una finca, más resiste la Xylella"

E.F
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Teresa Carrillo dirige el proyecto 'Life Resilience', un programa europeo que busca la forma de frenar una grave enfermedad que afecta a cultivos leñosos como el olivar o el almendro

Teresa Carrillo Cobo. - Foto: L.R.

En 2018, el proyecto europeo LIfe Resilience se presentaba en sociedad, con el objetivo de diseñar una estrategia para hacer frente a la Xylella Fastidiosa, una bacteria altamente destructiva que afecta a los leñosos, especialmente al olivar y al almendro, y que ya  se encuentra en zonas próximas a Albacete, como la provincia de Alicante. Su directora, Teresa Carrillo, hace balance de los últimos avances de su equipo. 

¿Qué buscan con este proyecto?

Nuestro trabajo se desarrolla en dos frentes que tienen un objetivo común, prevenir la aparición de la enfermedad en los cultivos, ya que por el momento no hay una cura. El primero es más a largo plazo, pues se trata del desarrollo de variedades resistentes a la Xylella Fastidiosa; el segundo busca desarrollar prácticas que sean sostenibles, en lo ambiental y lo económico, para aumentar la resistencia de las explotaciones a su avance. 

¿No hay ninguna sustancia activa que frene la bacteria?

Por el momento, no. Se han ensayado algunas sustancias, pero por el momento no se ha encontrado una que sea realmente eficaz. 

¿Entonces cómo se puede frenar?

La Xylella Fastidiosa se transmite a través de un insecto que actúa como vector. Trabajamos en identificar cómo se desarrolla y ver de qué forma se podía atajar su propagación. En esto, también había varias estrategias posibles, como el uso de productos o sustancias que actúen como insecticidas, trampas, especies de otros insectos que sean depredadores del vector o trabajar en las prácticas agrarias que mejoren la salud del suelo y la planta. 

¿Cuál es la estrategia que consideran más prometedora?

Durante estos últimos años, nos hemos centrado en desarrollar prácticas agrarias que mejoren la resistencia de las explotaciones. A grandes rasgos, se puede decir que cuanto mejor sea el estado de salud de una finca, más resistente será al avance de la Xylella Fastidiosa. Hay, además, una componente ambiental porque esas prácticas también contribuyen a mejorar la sostenibilidad medioambiental de la explotación, que también es uno de los objetivos del proyecto Life Resilience. 

¿Qué practicas han demostrado ser las más eficaces?

Hemos dedicado mucho tiempo al estudio de las cubiertas vegetales en las áreas de cultivo, cuáles son las que pueden atraer al vector, o cuáles, por contra,  son las que atraen a sus depredadores. Ahora mismo, trabajamos con cinco especies de leguminosas que también muestran un claro potencial en la fijación de carbono y en el aumento de la materia orgánica del suelo. 

¿En cuanto a las futuras variedades resistentes, en qué estado se halla su trabajo?

Como ya le dije, es una tarea más a largo plazo. Hemos detectado que incluso en las zonas endémicas hay ejemplares que son inmunes a la enfermedad. Ahora trabajamos en hacer cruces y estudiamos si los hijos de esos ejemplares resistentes mantienen la resistencia a la Xylella Fastidiosa. 

¿Por qué esos cruces? ¿No bastaría con usar esas variedades directamente?

No es tan sencillo, no basta con hallar una variedad que resista, hay que desarrollar una variedad que resista y que además sea viable para los agricultores en todos los aspectos. Buscamos olivos resistentes, sin duda, pero que también mantengan la calidad del producto y un buen nivel de rendimiento para garantizar la viabilidad de las explotaciones agrarias.