La localidad de Molinicos acoge, hasta el 3 de septiembre, una exposición de Jesús González Rodríguez, pintor y guía oficial de Turismo. El artista comento a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta muestra, que se puede visitar en el espacio habilitado en la calle Mayor, número 32. 

¿De dónde viene su afición a la pintura?

Desde niño fue una ilusión y cuando veía las paredes en blanco imagina obras, me gustaba darle un punto creativo. Con el tiempo se fue incrementando mi interés por la pintura y cogí el toro por los cuernos cuando tenía 22 años ya que me formé una de las mejores Escuelas de pintura a nivel mundial, en Baleares, en la Escuela Libre del Mediterráneo, con uno de los genios más grandes del siglo XX en cuestión de retrato, Torrents Lladó. Estuve cinco años en esta Escuela y a partir de ahí continúe.

Yo digo que esta es mi profesión, la pintura, lo que pasa es que, como afición trabajo de guía oficial de turismo y, por desgracia le dedico menos tiempo del que me gustaría a la pintura, pero es verdad que con esto de la pandemia que padecemos, las cosas cambiaron notablemente. 

¿Cómo es su pintura?

Iba a llamar a esta exposición Restos de un naufragio, que en el fondo no deja de ser la historia de mi pintura, la evolución desde que terminé en la Escuela hasta ahora, pero enmarcarla, no podría hacerlo totalmente, porque hay un estudio de lo que vas pintando, con soluciones diferentes. Entonces, con el retrato no me salgo de la norma clásica, luego, para mí, el paisaje en directo es también muy importante y tampoco me salgo de lo clásico, aunque no me gusta encorsetarlo en la tela, me gusta poner mis límites y luego salirme de ellos. 

Luego, tengo fascinación por los membrillos, desde que era niño y, en esta serie que hago, tengo muchísimos, voy por libre, no me atengo a ninguna norma.  

¿Dentro de la figuración?

Se podría enmarcar dentro  de la figuración, aunque el retrato, evidentemente para mí es sagrado y, con el caso de los membrillos, muestro luces y sombras, con pautas clásicas, pero con libertad.  

Finalmente, ¿cómo tituló la muestra?

Aunque, como te decía, pensé en Restos de un naufragio, finalmente me decanté por Diferentes lugares, diferentes soluciones, con unos 40 cuadros y, como he sido grabador, también incluyo algunos y acuarelas.

Utilizo normalmente óleo y aunque el acrílico es también interesante, tiene que ser un trabajo muy rápido. Luego, acuarela, es lo más difícil que hay en pintura y si a ello le unes retrato en directo, mucho más. También el retrato al natural es muy complicado, es el culmen para cualquier pintor.  

¿Personas conocidas también fantasía?

Tengo retratos de amigos, personas conocidas y también de fantasía, lo que me viene, pero siempre manteniendo las normas clásicas. Para mí no tendría sentido haberse formado en una de las mejores Escuelas del mundo y luego renunciar al modelo, me aproximo al máximo y me gusta pintar al natural. No es por presumir, peo podría tener más de 50.000 notas y como me he movido mucho, además de mi pueblo o Baleares, me gustan los parques naturales de toda España. También hay obras de otros países y siempre queda algo de todas esas zonas, todo es para mí interesante. 

¿La exposición recoge obra muy reciente?

Como hemos estado confinados, he vuelto a mirar algunas notas que tenía y seguí con mis membrillos. 

¿Le apetecía mostrar su trabajo en su pueblo?

Claro, aprovechando un poco las fiestas porque la verdad es que no había mostrado aquí nunca mi trabajo. Hice algunas acuarelas hace años y más que nada, expongo simplemente para disfrutar con mi gente, para mostrar lo que es el mundo de la pintura y con ilusión para que mis paisanos valoren  el trabajo de un pintor, porque hoy en día parece que no se valore mucho. 

¿Qué planes artísticos tiene?

Como te decía, soy guía oficial de Turismo y por circunstancias familiares espero empezar a trabajar en breve en Madrid  y a raíz de esto ir tomando posición y seguir pintando claro, figurativo, paisajes y mis temas preferidos y si surge la ocasión, poder mostrarlo.