¿Cómo llega Emilio Ontiveros a la presidencia del Consejo Social de la UCLM? 

Porque me llaman del Gobierno regional. El primero que lo hizo fue José Mari Barreda, que es paisano mío y amigo de la infancia, lo mismo que sus hermanos. Me llamó y me pidió que fuera presidente del Consejo Social de la UCLM, y acepté sin pensarlo porque, la verdad es que, según iba envejeciendo he considerado que tenía que devolver algo a mi región, y cada vez que me han llamado de la Universidad de Castilla-La Mancha para dar una conferencia o por otro motivo, siempre he sacado tiempo para ello y he ido. No obstante, debo decir que me parecía un poco raro el ofrecimiento que se me hacía porque por primera vez iba a darse el caso de que una universidad española iba a tener como presidente en este Consejo a un catedrático que, a a la vez, lo era de otra universidad.

De todas formas, ha sido toda una experiencia. Estuve y estoy encantado de haber formado parte de una institución que es central para el desarrollo de cualquier región, pero, desde luego, lo es para el desarrollo de Castilla-La Mancha.

Su mandato ha sido de cuatro años. ¿Qué destacaría de su paso por allí? ¿Cuál fue su impronta?

En primer lugar debo decir que al presidente Page ya le comuniqué que no era mi intención renovar porque soy de los que piensa que es bueno que haya una oxigenación, una renovación, además de que han sido cuatro años muy valiosos para mí, desde el punto de que me han permitido estar mucho más cerca de la región, de su mundo empresarial y de conocer la interrelación de una institución como es la universidad con la sociedad. Durante esta presidencia mi mayor obsesión fue conseguir una cercanía del mundo empresarial a la universidad. De hecho, hemos tenido ocasión de hacer algunas reuniones del pleno del Consejo Social en las sedes de algunas empresas castellano-manchegas y de hacer reuniones periódicas con las confederaciones empresariales.

De todo lo visto por el citado Consejo, de todo lo aprobado por este órgano, ¿si tuviese que destacar alguno, cuál sería? 

La cercanía al mundo empresarial, a sus demandas. Una universidad en una región, como Castilla-La Mancha, no puede divorciar su oferta de las prioridades de desarrollo económico y social que tiene. Debe de existir y darse una simbiosis entre universidad y sociedad. A la universidad le interesa que quien va a ocupar a sus egresados, a sus licenciados, los conozca de primera mano, y que una parte del conocimiento que va a generar lo adquieran las empresas, a la vez que para las empresas la universidad puede ser esa plataforma en donde fijarse para su desarrollo, para lograr sus objetivos. 

Ya se sabe el nombre de su sustituto, ¿qué nos puede decir de él?

He visto que han propuesto para esta presidencia al general Félix San Roldán, quien ha sido Jefe Mayor del Estado de la Defensa y más recientemente director del Centro Nacional de Inteligencia (NI). Personalmente no le conozco, y lo único que he hecho ha sido mandarle un mensaje deseándole lo mejor, no obstante, en algún momento espero hablar con él, transmitirle la experiencia.

Ha mencionado que su docencia universitaria está vinculada, no obstante, con otra universidad. ¿Cuál ha sido su devenir hasta el momento actual?

Soy catedrático universitario desde hace unos 30 años en la Universidad Autónoma de Madrid en donde también fue vicerrector, siendo ahora catedrático emérito de Economía de la Empresa gracias al voto unánime de todos mis colegas. Esto me ha permitido conocer las inquietudes de los profesores, pero es que, además hace unos años fundé una empresa de consultoría y en la que trabajan 165 profesionales, lo cual, por su parte, me da también una cierta experiencia empresarial en la gestión privada, y probablemente la combinación de ambas no sólo fue lo que motivó mi llegada hasta este órgano sino que también me fue muy útil.

¿Cómo ve, desde un punto de vista de catedrático y de empresario, la situación actual en términos económico?, es decir, ¿ la economía necesita tanto, como se ha dicho, de un Gobierno estable?

Todas las economías, incluida la de este país, necesitan de un Gobierno estable. Lo que ocurre es que la economía española en los últimos cinco años, ha demostrado que tiene mimbres y fundamentos suficientemente buenos para que pueda seguir creciendo, incluso, por encima de la media europea, aunque haya una situación de interinidad política.

Lo más destacado quizás precisamente sea esto, que hemos sido capaces de crecer, algunos años el doble de lo que crecía la eurozona. Esto significa también que los empresarios han seguido haciendo sus contratos, han seguido cumpliendo con sus obligaciones, han seguido internacionalizando, exportando, y todo ello a pesar de que el Gobierno esté en una situación de transición. Pero esto también tiene otra lectura y no es otra que España de cara al exterior transmite una credibilidad como institución, como conjunto de instituciones, y que va a más allá del Gobierno que está en el poder.

España es un país comprometido con la eurozona. Más aún, España es el único país que en su Parlamento no tiene un grupo político que cuestione la pertenencia al euro, o que cuestione el cumplimiento de las normas, del pacto de estabilidad y de crecimiento. Y esto es lo que explica, que a pesar de la inestabilidad política o de la interinidad gubernamental, la prima de riesgo siga en mínimos históricos.

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