La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgó ayer a cuatro personas que se enfrentan a cuatro años y medio de prisión y a pagar una multa de 30.000 euros por traficar con marihuana y cocaína en Alpera, un delito que todos ellos negaron.

El padre de familia, el acusado, R.G.V., que como el resto de procesados sólo contestó a preguntas de su abogado, manifestó que sabía que en casa de su madre había una plantación de 113 plantas de marihuana, pero negó que fueran para traficar, puesto que eran para autoconsumo. 

El procesado explicó que una persona con la que fumaba marihuana habitualmente, J.L., había sido la que le había convencido para poner la plantación en el interior de la casa de su madre e incluso dijo que esa persona era la que había hecho toda la instalación de lámparas y demás, para compartir la marihuana. Además añadió que sus hijos y su yerno no  sabían nada sobre la misma. 

También reconoció que esa persona, J.L., y otro amigo, E.P., fueron los que les denunciaron a él y al resto de acusados por agresiones, secuestro, extorsión y amenazas, un procedimiento que también está judicializado, pero separado de esta causa. Además señaló que las diferencias con estas personas surgieron porque le robaron una planta de marihuana. En cuanto al gramo de cocaína hallado en su vivienda dijo que era para su consumo personal.

Sus dos hijos, L.G. y J.G., dijeron no saber que había marihuana plantada en la vivienda de su abuela y negaron que fueran a esa casa habitualmente y señalaron que si afirmaron inicialmente que la plantación era suya, fue porque les dijeron que iban a meter en la cárcel a su abuela y a toda su familia, por lo que como ellos eran consumidores, prefirieron decir que era suya para autoconsumo.

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