No es la sequía más intensa que se recuerda, tampoco es la más larga, pero sí que es una de las más inoportunas. Desde finales del mes de noviembre, justo en coincidencia con la campaña de siembra, apenas ha llovido en la mayor parte de la provincia de Albacete, lo que deja el presente y el futuro de las cosechas de cereal en una situación bastante comprometida.

Sobre el papel, la situación no es de las más complicadas. Los grandes embalses de la zona del Alto segura están bajos, pero no mucho más bajos de lo que estaban hace un año. Fuensanta, en Yeste, está al 33% de su capacidad máxima, lo que equivale a 70 hectómetros cúbicos, cuando hace un año almacenaba 83, siempre de acuerdo a los datos de la CHS.

El Talave está al 49% con 17 hectómetros cúbicos, cuando hace un año almacenaba 14,2; el Cenajo se encuentra al 42%, con 183 hectómetros, frente a los 204 que tenía hace justo 12 meses. Por último, Camarillas almacena 15 hectómetros, un 43%, tres menos que a principios de febrero de 2021, cuando  sus reservas almacenadas llegaban a los 18 hectómetros cúbicos.

La situación de los acuíferos presenta más contrastes. A fecha del 30 de enero, el acuífero de la Mancha Oriental acababa de encadenar su tercer mes en nivel verde o situación de «normalidad», de acuerdo al último informe de escasez coyuntural y sequía prolongada difundido por la Confederación Hidrográfica del Júcar.

En el caso del Alto Guadiana, la segunda zona en importancia para el regadío de la provincia, la situación sí que es realmente complicada, pues de acuerdo la CHG, se mantiene en situación de emergencia o nivel rojo; por último, en la zona del Alto Segura, tanto en la zona denominada como Cabecera y en la de los Ríos de la Margen Izquierda, la situación era un poco peor que en diciembre, con ambas áreas en nivel

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