Los humedales ibéricos son fundamentales para la conservación de muchas especies de aves en el planeta, como es el caso del carricerín cejudo, que en la actualidad es el paseriforme más amenazado de Europa.

Así se puso de manifiesto en el «Congreso final LIFE Paludicola. Conservación del carricerín cejudo. Humedales como aliados» organizado por la Fundación Global Nature y que se celebró de forma virtual. Desde 2017 y gracias al apoyo del Programa LIFE, la Fundación Global Nature ha venido impulsado sus esfuerzos de conservación de esta especie y de sus hábitats en 12 municipios de tres regiones españolas (Castilla-La Mancha, Castilla y León y Comunidad Valenciana), todas ellas incluidas en espacios de la Red Natura 2000.

Este trabajo, que ahora ha sido analizado, se ha enfocado prioritariamente en la restauración hidrológica y el manejo de la vegetación palustre de zonas húmedas para tratar de garantizar un hábitat adecuado para el carricerín cejudo, que encuentra en estas lagunas uno de sus únicos enclaves como lugar de alimentación y descanso durante sus migraciones anuales y con el objetivo principal de frenar el descenso de sus poblaciones, actualmente en franca regresión.

Algunas de las acciones incluyen la gestión de vegetación mediante el pastoreo en los humedales, o las siegas periódicas con una máquina anfibia que trabaja tanto en tierra como en agua.

En las conclusiones del congreso se insiste en que trabajar en estos humedales es fundamental porque en ellos encuentran albergue el 40% de toda la biodiversidad del planeta, entre ellos el carricerín cejudo.

En el caso de la Península Ibérica, subrayan, casi toda la población mundial de esta especie utiliza los humedales ibéricos para migrar en su paso otoñal y primaveral. En este sentido, el texto de conclusiones refleja, que esta ave debe servir como especie paraguas para poder conservar estos ecosistemas.