Los primeros efectivos del Ala 14 que tienen encomendada la misión de realizar labores de Policía Aérea del Báltico o Baltic Air Policing (BAP) desde la Base Aérea de Ämari en Estonia, se trasladaron ayer al país centroeuropeo, para preparar la llegada del resto de tropas que se desplazarán al lugar y de los cuatro Eurofighter albacetenses.
Así lo confirmaba ayer el coronel Ignacio Zulueta Martín, tras tomar posesión como jefe de la Base Aérea de Albacete, del Ala 14 y de la Comandancia Militar Aérea del Aeropuerto de Valencia. «Esta mañana he despedido a la primera parte del contingente que se va, es el núcleo inicial que va a montar el destacamento y la semana que viene ya irán el resto de efectivos y desplegarán los aviones».
En concreto, ayer se marcharon a Estonia alrededor de 25 militares albacetenses, el próximo lunes 22 de agosto partirán hacía el país báltico otros tantos y el jueves día 25 se desplazará el resto, ya con los cuatro Eurofighter que participarán en la misión. En total será un contingente de unos 65 militares, según confirmaban a La Tribuna de Albacete fuentes del Estado Mayor de la Defensa.
El coronel señaló que el personal que se marchó ayer a Estonia está compuesto por «el jefe de fuerza y su plana mayor y luego todo el personal que va a montar el destacamento, que son los que montarán todas las infraestructuras para que cuando el lunes que viene llegue el resto del contingente esté todo listo y puedan empezar a trabajar directamente».
En principio está previsto que las fuerzas albacetenses pasen en la zona unas tres semanas desde la llegada de los cuatro cazas, por lo que aproximadamente abandonarían Estonia alrededor del 15 de septiembre.
Un periodo en el que colaborarán con la Fuerza Aérea alemana, la conocida Luftwaffe, como señalaba el coronel Zulueta. «Realmente van a estar un periodo muy cortito, porque lo que realmente se busca en este destacamento es el trabajo conjunto con la Fuerza Aérea alemana, con lo que vamos a hacer misiones aéreas conjuntas y mantenimiento de los aviones conjunto».
En cualquier caso, lo más intenso de la misión llegará en la última semana de la misma. «Son solamente tres semanitas, pero la última de ellas va a ser la que se haga la prueba de fuego de ver que somos capaces de operar conjuntamente con los alemanes, compartiendo no solamente el vuelo, porque eso es mucho más fácil porque estamos acostumbrados en ejercicios como los del TLP y también en otras misiones, sino que también queremos que el personal de mantenimiento sea capaz de integrarse en los mismos equipos y recuperar los aviones conjuntamente».
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