La Ciudad Deportiva que tanto costó sacar cumple 25 años

Juan Carrizo
-

El 27 de marzo de 1998 fue el acto inaugural de la mayor instalación dedicada al fútbol construida en Albacete, con José Bono y Ángel María Villar a la cabeza, cientos de invitados y hasta un castillo de fuegos artificiales

José Bono y Juan Garrido, con Ángel María Villar detrás, cortan la cinta para inaugurar la ciudad deportiva el 27 de marzo de 1998. - Foto: Jesús Moreno

El Albacete Balompié siempre ha sido el club de referencia de la ciudad, más cuando dio el salto inesperado a Primera División en 1991. Entonces la cantera tenía un mimo especial, bajo la excelente dirección de Ginés Meléndez, y era obligado tener una instalación propia donde el club aferrase sus cimientos.

La idea ya venía de lejos, desde que el entonces presidente Fernando Navarro empezase a comprar terrenos en esta prolongación de la Avenida de España donde ni existía todavía la Universidad. Eran mediados de los 80 y para conseguir ingresos vendió una parte de esos terrenos a un grupo de exjugadores que construyeron lo que se conoce como el Campo de los Veteranos.

Durante el mandato de Guillermo García Moreno, los terrenos fueron embargados por los propios directivos con el fin de recuperar el dinero que de su bolsillo había salido para cubrir las deudas de la entidad y fue Rafael Candel, en la etapa más boyante en lo económico gracias al ascenso de 1991 el que recuperó dichos terrenos para que se pudiera construir una Ciudad Deportiva que fue la envía de muchos cuando se inauguró, que ha pasado muchas vicisitudes y que ahora, el 27 de marzo, cumple 25 años desde que José Bono, presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la inaugurase en 1998 junto al alcalde Juan Garrido, el presidente de la RFEF Ángel María Villar y el entonces presidente del Albacete, Agustín Argandoña.

La construcción de la Ciudad Deportiva del Albacete Balompié, que pasó a llevar el nombre del ilustre Andrés Iniesta en diciembre de 2012, fue uno de los culebrones más largos que se recuerdan en la historia del Albacete Balompié. Lo que empezó siendo una idea, se plasmó en un anteproyecto en 1992, pasando posteriormente por numerosas vicisitudes hasta hacerse realidad en 1998. Tuvieron que pasar cuatro Consejos de Administración en el Alba y diversos equipos de gobierno en el Ayuntamiento, para que la Ciudad Deportiva existiera y fuera la envidia de muchos clubes, incluso en Primera División.

Desde que Rafael Candel accedió a la presidencia del Albacete, allá por 1988, su intención siempre fue la de dotar al club de una gran infraestructura que sirviera, principalmente, para que la entidad tuviera unos sólidos cimientos en los que sustentarse.

Sus dos proyectos más ambiciosos estaban en una gran ampliación del Carlos Belmonte, que en su momento se quedó únicamente en la construcción de la Tribuna de Marcador, y por otro lado construir una Ciudad Deportiva que fuera el centro neurálgico del fútbol no sólo provincial, sino que también regional. Una gran instalación con varios campos de fútbol, gimnasio, centro médico y otros servicios que atrajeran a los jóvenes futbolistas de Castilla-La Mancha y convertir así al Albacete Balompié en un club de cantera y referencia en la región.

El gran problema era, evidentemente, la financiación de tan gigantesco proyecto, cifrado inicialmente en 395 millones de pesetas (unos 2,4 millones de euros), según el anteproyecto realizado por el arquitecto Francisco Candel y el ingeniero Ángel González, que fue presentado por Rafael Candel, primero en el Ayuntamiento de Albacete y después en la Junta de Comunidades en abril de 1992. Además de recuperar los terrenos embargados por los directivos, también compró otros terrenos a la empresa Ganadera Pulgosa. En total unos 75.000 metros cuadrados situados en la prolongación de la Avenida de España, a un kilómetro y medio aproximadamente del Estadio Carlos Belmonte.

 

(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete)