La Unidad del Dolor atendió a 2.000 pacientes en 2021

Teresa Roldán
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Una jornada celebrada en Toledo, que contó con participación albacetense, trató la necesidad de humanizar el abordaje de las dolencias crónicas de forma integral

El doctor Martín Arcas realiza una técnica nueva para el tratamiento de la hernia discal. - Foto: M.Z.A.

Humanizar la asistencia de los pacientes con dolor crónico en las unidades de dolor ha sido el tema de debate de una reciente jornada promovida desde la Fundación Humans y la Consejería de Sanidad, que entre otros ponentes, contó con la participación del coordinador de la Unidad del Dolor, especialista en Anestesiología y Reanimación de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, el doctor Martín Arcas, así como de otros profesionales del ámbito de la Atención Primaria, como el doctor Pedro Tárraga, coordinador médico del centro de salud Zona 5A de la capital.

Bajo el título La humanización de la atención a la persona con dolor crónico: de la identificación de las necesidades a la práctica, en torno a 250 personas del sistema sanitario, de asociaciones de pacientes, de entidades del ámbito sociosanitario y de la administración, participaron en este encuentro. En dicha jornada se insistió en que el abordaje del dolor crónico ha de ser integral y multidisciplinar.

Pero no todos los pacientes con un dolor crónico sus susceptibles de pasar por una Unidad del Dolor, ya que de ese modo la asistencia de la misma quedaría colapsada como ocurre actualmente en muchas unidades. Por ello los criterios de derivación a este dispositivo, según afirma el doctor Arcas, se fundamentan en tener dolor de más de tres meses de duración y evolución y que son refractarios y no presentan mejoría a tratamientos analgésicos convencionales, «ya que lo que hacemos en la Unidad del Dolor es realizar técnicas intervencionistas que buscan reducir el dolor con efectividad».

Durante el 2021 pasaron por esta consulta especializada casi 2.000 pacientes con dolor crónico, de ellos los anestesiólogos de la Unidad vieron a 350 pacientes nuevos, otros 700 de revisiones y realizaron más de 900 procedimientos intervencionistas.

Actividad que, tal y como expuso el coordinador del servicio, representa un 50% más de pacientes atendidos que en 2020, pero una cifra menor de los cerca de 3.000 atendidos en 2019.

pandemia. Y es que a pesar de los esfuerzos de los profesionales, la pandemia del Covid ha mermado la posibilidad de crecimiento de este recurso, al tener que dedicar los profesionales que en él trabajan parte de su tiempo a atender las necesidades derivadas de los contagiados, lo que por otro lado ha disparado e incrementado la lista de espera y las demoras para ser tratado en este dispositivo.

En concreto, el doctor Arcas recordó que en los meses de la primera ola de la pandemia, la actividad de consulta de la Unidad del Dolor se redujo al mínimo como ocurrió con otros servicios que disminuyeron la asistencia presencial y aumentaron la telefónica para evitar la propagación del virus en el ámbito hospitalario, lo que también hizo bajar la actividad intervencionista de esta consulta, es decir, los procedimientos mínimamente invasivos que se realizan para el control del dolor. 

Aunque la actividad en esta consulta monográfica aumentó en 2021, sin embargo, el doctor Martín Arcas reconoce que todavía no se ha recuperado a los niveles previos a la pandemia, «fundamentalmente por el déficit de plantilla del Servicio de Anestesiología, que hace que los facultativos de este recurso, que son cuatro, todos anestesiólogos, se deriven preferentemente a la asistencia de los quirófanos».

Además en el último año, según avanzó el jefe de Sección del Servicio de Anestesiología y Reanimación de la GAI de Albacete, se han introducido nuevas técnicas para el tratamiento de la hernia discal incipiente que causa dolor ciático pero que todavía no tiene indicación quirúrgica por parte de Neurocirugía o Traumatología.  El procedimiento consiste en aplicar técnicas de descomprensión percutánea del disco por el que se inyecta una sustancia en el interior del disco con el objetivo de disminuir el tamaño del disco y retraer la hernia o se aplica una corriente de alta energía similar al láser que causa la vaporización del centro del disco, y que persigue el mismo objetivo. «El desarrollo de estas técnicas pueden evitar en un futuro que la hernia siga avanzando y el paciente tenga que pasar por el quirófano».

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