Elena Serrallé

Elena Serrallé


Ver, oír y respetar

23/03/2022

La maternidad es un reto, es un pozo de sabiduría, una colección interminable de experiencias, un aprendizaje que no hiberna y el escenario ideal para trabajar aquello de abrir la mente, respetar y no juzgar. 
A mí me ha servido para llegar a la conclusión de que, afortunadamente, no hay reglas. Comprendí a las madres que amamantan a sus criaturas y también comprendí a las que deciden no hacerlo sin tener que dar más explicaciones. Madres libres.
Observé sin juzgar a las que practican el colecho y duermen con sus hijos sin remordimientos ni sentimientos de culpa y a aquellas que deciden que lo mejor para los niños pasa por que descansen en sus propios cuartos. Madres libres.
Contemplé a las madres que priman la comodidad a la hora de vestir a sus retoños y también a aquellas que optan por vestirlos de un modo más cargado, o más vistoso. Madres libres.
Entendí que hay madres que corren detrás del niño con la cuchara cargada de yogur intentando aprovechar un quiebro para alimentar esa boca rebelde y también entendí a aquellas que deciden colocar para cenar el mismo plato de lentejas que a la hora de la comida fueron repudiadas. Madres libres. Escuché a las que me hablaban de las bondades de tener una mascota como compañera de sus hijos y también a las que abogaban por todo lo contrario. Madres libres.
Y de todas ellas aprendí. Todas ellas enriquecieron mi labor de progenitora. Me ayudó a crecer, a interpretar eso de ser madre, a disfrutar este regalo de la vida, a no tener miedo y a sentirme libre.

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