La estadística, según la RAE, es el estudio de los datos cuantitativos de la población, de los recursos naturales e industriales, del tráfico o de cualquier otra manifestación de las sociedades humanas. Así, nuestra vida está llena de cifras y de porcentajes que nos sirven de indicadores, aunque hay excepciones en las que la realidad supera a la estadística. Sirva este ejemplo: en una mesa hay dos comensales y sirven un pollo que se come uno mientras el otro mira. La estadística dirá que cada uno se comió medio pollo, pero la realidad es que uno está bien saciado y el otro está muerto de hambre.
Los resultados de la última campaña de la Dirección General de Tráfico sobre control de alcohol y drogas al volante, en la que colaboró la Policía Local de Albacete, y las incidencias publicadas por el cuerpo policial albacetense correspondientes al pasado puente, me recordaron el ejemplo del pollo. Me explico. La campaña, celebrada del 8 al 14 de agosto, deja el buen dato estadístico de un porcentaje de positivos inferior al uno por ciento, con la buena cifra de que en la capital se realizaron 1.332 pruebas con sólo tres positivas. Mientras uno celebra estos datos, busca las incidencias ofrecidas por la Policía Local correspondientes al puente y comprueba que recoge que detuvieron a seis conductores y denunciaron a otros cuatro por exceder el límite de alcohol, con el añadido de que fuera de la campaña se realizaron muchas menos pruebas.
En este campaña, la realidad también supera a la estadística y, quizás, sería positivo plantearse los horarios en los que se realizan las pruebas.