Desde que comenzó el año hasta mediados del mes de agosto se registraron en la provincia de Albacete 31 incendios forestales, de los cuales, 13 han superado la hectárea de superficie quemada, siendo tres de ellos de una extensión superior a las 50 hectáreas, que se produjeron en los meses de junio y julio. Se trata de unos fuegos por los que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete ha detenido o investiga a nueve personas.
De esos 31 incendios, el Seprona ha comprobado que, al menos, 11 de ellos fueron intencionados y otros 11 se debieron a negligencias graves.
Si observamos, el año 2021, se produjeron en la provincia de Albacete un total de 61 incendios forestales, de los cuales, únicamente 18 superaron la hectárea de superficie quemada, siendo cinco de ellos superiores a las 50 hectáreas, que también se produjeron entre los meses de julio y agosto.
Los meses de mayor peligro son los correspondientes al verano, desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre, si bien, los meses de julio y agosto son los que tienen un peligro extremo, estando esto relacionado con las condiciones meteorológicas y el estado de los combustibles forestales.
Debido a estas circunstancias, en los meses de verano se hace una vigilancia especial, elaborando la Comandancia de Albacete una orden de servicios en la que se establece un refuerzo para la vigilancia de las masas forestales de la provincia, como señala a La Tribuna de Albacete el jefe del Seprona de la Comandancia de Albacete, el teniente José Ángel Rozalén. «Por parte del Seprona, se establece una patrulla en horario de mañana y dos patrullas en horario de tarde, con el cometido específico de vigilancia de masas forestales, para que en el caso de producirse un incendio forestal, ésta se desplace al lugar para recoger los datos, indicios e informaciones que permitan esclarecer la autoría del incendio. También se intensifican los servicios en zonas forestales por el resto de patrullas de seguridad ciudadana».
Cabe destacar que algunos años el riesgo de incendios llega antes, como señala el teniente Rozalén. «En ocasiones, cuando los meses iniciales de cada año son secos, el riesgo de propagación aumenta debido a que los combustibles se encuentran en condiciones óptimas de arder, provocándose en los meses de abril y mayo gran número de incendios forestales, muchos de ellos debido a la realización de quemas agrícolas».
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