Ayuda para Ucrania sin intermediarios

Teresa Roldán
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Son 3.500 los kilómetros que separan la población albacetense de Chinchilla de Ucrania, camino que Pedro López emprenderá en la madrugada del sábado con un amigo y su furgón

Pedro López empaqueta y sella las cajas de ayuda humanitaria que llevará al pueblo ucraniano. - Foto: Arturo Pérez

Son 3.500 los kilómetros que separan la localidad albacetense de Chinchilla de la guerra con Ucrania. Un camino largo y que no estará exento de peligros, el que en la madrugada del viernes al sábado emprenderá Pedro López, exmilitar y ahora propietario de una ferretería en el polígono de Camporroso de Chinchilla, para llevar ayuda humanitaria donada por la población chinchillana y de Albacete a los habitantes ucranianos que están sufriendo la crueldad del conflicto armado emprendido por el Gobierno ruso.

Con su furgoneta al completo  de productos de primera necesidad  y medicamentos para atender las necesidades más inmediatas de los ucranianos, como son las heridas y secuelas de la guerra,  López pretende llegar a la frontera más cercana con Hungría, y que desde allí las donaciones lleguen a la población destinataria.

Este valenciano afincado en Chinchilla, población a la que llegó tras ser destinado como militar al campo de maniobras de los Polvorines de Chinchilla, tiene experiencia en la primera línea de batalla de un conflicto bélico, ya que participó en la guerra de Los Balcanes.

Tras 17 años en el Ejército de Tierra Pedro López decidió «colgar las botas» y montar una ferretería en Chinchilla. Ahora emprende una aventura arriesgada, que no le asusta ni da miedo, que no podría llevar a cabo sin dejar en buenas manos su negocio: en las de su hija Bárbara y tres trabajadoras, que garantizan que el pueda permitirse vivir esta experiencia «por la que me siento muy afortunado» y aportar así su granito de arena llevando la ayuda recogida a los ucranianos.

Todo empezó al principio de esta semana, el lunes, cuando Pedro ayudado por su hija decidió movilizar las conciencias y poner en marcha esta iniciativa a través de las redes sociales. Desde entonces hasta ahora todo ha ido sobre ruedas, porque la ayuda para Ucrania no ha dejado de llegar. 

Por otro lado, lo que ayer era una iniciativa privada surgida en el seno de un centro de salud de la capital, el Zona 3, promovido por sus profesionales sanitarios, ante la petición de ayuda de una compañera enfermera de origen ucraniano, se ha ido extendiendo a buena parte de los ambulatorios y consultorios de la ciudad en una ola solidaria para recabar todo tipo de medicamentos y productos sanitarios que puedan ser útiles a la población afectada por el conflicto.

En apenas un par de días los centros de salud Zona 1, 3, 4, 7 y 8 de la ciudad, a través de las redes sociales, desde el martes y hasta el día de hoy han promovido entre los trabajadores de estos espacios y la población sanitaria adscrita a estos consultorios una recogida de medicamentos y otros productos sanitarios e higiénicos, además de leches infantiles, con destino a Ucrania.

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