La fiesta de Halloween que golpeó Madrid

Ximena Hessling (EFE)
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Diez años después de la tragedia en el Madrid Arena, la madre de una de las fallecidas lamenta: «Hay gente dispuesta a tropelías por dinero»

Isabel De la Fuente, madre de Cristina Arce, una de las cinco víctimas mortales. - Foto: EFE

Isabel de la Fuente, madre de una de las fallecidas en la tragedia que segó la vida de cinco chicas hace ahora una década en el Madrid Arena, pide a los jóvenes que van a salir de fiesta que sean «prudentes», porque «hay gente dispuesta a cualquier tropelía por dinero».

En la madrugada del 1 de noviembre de 2012, una avalancha humana en uno de los vomitorios del pabellón donde se celebraba un evento de Halloween, por donde decenas de personas trataban de salir de una pista central completamente masificada, acabó causando la muerte de Cristina Arce, Katia Esteban, Rocío Oña, Belén Langdon y María Teresa Alonso.

Diez años después de un suceso que conmocionó al país, Isabel de la Fuente señala que esto no tiene por qué volver a ocurrir, ya que «ahora todo está mucho más controlado», gracias a que se reformó la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid para reforzar la seguridad en las fiestas, con más presencia policial e inspecciones.

Aquel día, sobre las siete de la mañana, relata, les despertó su hija mayor «porque le habían escrito las amigas de Cristina contándole lo que había pasado en el Madrid Arena y que no la encontraban».

«Salimos corriendo. Fuimos al 12 de Octubre porque las chicas estaban allí. Nos entregaron una chaqueta y el DNI de Cristina. Acudimos a la UCI porque había ingresada una niña que tampoco era Cristina y empezamos a buscarla por los hospitales donde había heridos hasta que nos llamaron del Grupo V de la Policía, nos hicieron ir a comisaría y ahí, nada más entrar, nos dijeron que Cristina había muerto», detalla.

A partir de ahí, fue todo «un caos». Su vida cambió de la noche a la mañana. «Cristina se fue por la noche de casa y, al día siguiente, la encontré metida en una caja», afirma la madre, antes de indicar que su marido «lo pasó peor» porque tuvo que ir al Instituto Anatómico Forense a reconocer el cuerpo.

Inicialmente, la Policía sospechaba que había explotado una bengala y se había formado una avalancha, pero la investigación reveló que había «un sobreaforo enorme» debido a que dejaron entrar a toda la gente que estaba en un macrobotellón en la calle.

Justicia

Cuatro años después de los hechos llegó la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que condenó a siete personas, entre ellos al promotor de la fiesta, Miguel Ángel Flores, a cuatro años de prisión, y absolvió a ocho procesados, incluidos los médicos Simón y Carlos Viñals, así como al exjefe de la Policía Municipal de Madrid Emilio Monteagudo.

En su opinión, las penas fueron «una broma de mal gusto», aunque se aplicaron las leyes para estos casos, por lo que plantea que se revisen para endurecer el castigo.

Junto a otra de las familias de las víctimas, recurrió ante el Supremo la sentencia que absolvía a los doctores Simón y Viñals, por entender que era «imprescindible» que fueran condenados en base al relato de los hechos probados.

El Alto Tribunal confirmó en 2018 las penas de la Audiencia de Madrid y, además condenó a un año y medio de cárcel al médico Viñals por imprudencia profesional en la muerte de la joven.

La condena de Viñals era «de justicia», destaca, aunque fuera «una ridiculez», porque «Cristina llegó viva a la enfermería y ese señor decidió que estaba muerta, sin hacer nada», recalca Isabel de la Fuente.