La ampliación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Almansa que se presentó esta semana en el Ayuntamiento será mucho más que un añadido a las instalaciones actuales. Como se puede ver en la memoria de la obra, la mal llamada «ampliación» tendrá varias veces el tamaño y de capacidad de la planta actual.

Para ser precisos, todo el conjunto ocupará una superficie de 29.869 metros cuadrados, de los que 15.140 corresponderán a la ampliación propiamente dicha y 14.729 a una planta de energía solar fotovoltaica.

El origen de este proyecto es  la planta actual, que ahora mismo está al final de su vida activa. Entró  en servicio en 1991 y es, a su vez, la ampliación de una depuradora aún más antigua, que entró en servicio en los años 70 y coincide con el decantador y el digestor actuales.

En la memoria del proyecto, se describen unas instalaciones que están al final de su vida activa, con grandes dificultades para  tratar los vertidos de la ciudad y el Polígono El Mugrón,  y que se quedan muy cortas para atender las necesidades futuras del municipio.

«La depuradora existente no es capaz de tratar debidamente las aguas de entrada debido al aumento de caudal, la carga contaminante y el estado de la infraestructura actual», se afirma. Respecto al último punto, se subraya «el mal estado de las tuberías e incluso problemas de grietas en los muros de los filtros percoladores».

Para ser precisos, la actual EDAR se diseñó para hacer frente a un caudal de 3.600 metros cúbicos diarios de aguas residuales y una Demanda Biológica de Oxígeno (DBO5) de 425 miligramos por litro. Ahora mismo, el caudal de entrada a la planta es de 4.100 metros cúbicos por día y la DBO5 llega a los 800 miligramos por litro. A todo ello se añade además que «el sistema actual no está concebido para la eliminación de nutrientes, nitrógeno y fósforo».

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