Rafael Torres

FIRMA SINDICADA

Rafael Torres

Periodista y escritor


Eurofobia, la quinta columna

12/04/2022

Lo que no puede lograr Putin con su sanguinaria campaña terrorista contra Ucrania, puede conseguirlo el populismo europeo de extrema derecha democráticamente: debilitar hasta la hipoxia a la Unión Europea. La eurofobia de ese Movimiento transnacional representa para el tirano del Kremlin una quinta columna potente que obra en su favor.
Ahora bien; lo que más obra en su favor ya, sin esperar a que la negra sombra del neofascismo se extienda por el continente, es que la Unión Europea le siga comprando el gas y el petróleo, proporcionándole con ello los descomunales recursos para financiar su guerra miserable y, si no se corta el grifo, las que vendrán.
Marie Le Pen ha quedado pisándole los talones a Macrón en la primera vuelta de las elecciones francesas, y si en la segunda no le pisa el pie entero con ayuda de Zemmour, otro que tal anda, no será porque en Francia no haya prendido suficientemente ese discurso majadero y brutal ("Reconquête"), sino porque los partidos democráticos, no los que usan la democracia para destruirla, sino los democráticos, se han agavillado para, entre todos, cerrarle el paso al Elíseo. Francia, conviene recordarlo, es el único país de la UE que dispone de arsenal nuclear, la única cosa que a Putin le puede sonar de algo y que, pese a sus baladronadas atómicas, le puede hacer, si no reflexionar por quedar esto fuera de sus posibilidades, sí disuadirle un poco de ir más y más allá.
La Rusia de Putin ya no es un país europeo, extraño pero europeo, sino asiático, bien que en la modalidad de subalterno de China, de la que pasará a depender absolutamente si de una vez la UE discurre el modo de sobrevivir sin su gas y su petróleo. Cercenados entonces los vínculos naturales (culturales, económicos,...) con Europa, dispondrá en ella de esa quinta columna eurófoba para proseguir su brutal expansión sin mayores estorbos, aunque siempre para mayor gloria de la gran potencia para la que en fondo trabaja, China.
La Agrupación Nacional de Marie Le Pen se apresta a la batalla electoral de la segunda vuelta en Francia, Orban le pone una vela a dios y otra al diablo, más al diablo, en Hungría, y aquí la ultraderecha ya ha pillado cacho, en Castilla. Putin tiene puestas muchas esperanzas en la quinta columna.