Natural de Albacete, pero afincado en Madrid, el doctor Pedro Landete, es especialista de Neumología y actualmente coordina la Unidad de Cuidados Respiratorios (UCRI) del Hospital Isabel Zendal, en Madrid. Estudió Medicina en la Facultad de Albacete, perteneciente a la sexta promoción. Albacetense por los cuatro costados siempre reserva una parte de sus vacaciones para disfrutar de la Feria y de forma asidua se desplaza hasta la capital para visitar a sus familiares. La investigación es otra de sus grandes pasiones, porque asegura forma parte del ADN de un médico.

¿La Medicina siempre ha sido su pasión?

Yo los recuerdo que tengo y eso lo dicen siempre mis padres es que desde muy pequeño tenía claro que quería ser médico, siempre me gustó poder ayudar a la gente.

Estudiar en la Facultad de Medicina de Albacete ¿ha sido un plus en su formación académica y en la práctica clínica?

Para mí es una de las mejores facultades de Medicina de España con mucha diferencia. He trabajado como profesor colaborador en la Universidad Miguel Hernández de Alicante y ahora soy profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, y puedo decir que el modelo de formación y trabajo que tiene la Facultad de Medicina de Albacete es muy visionario y mejor que las universidades más clásicas, y así lo demuestra siendo una de las que mejores resultados en las pruebas MIR obtienen sus egresados. 

¿Qué le llevó a especializarse en Neumología?

Mi padre trabaja en una farmacéutica y siempre ha tenido mucha relación con los neumólogos y yo desde pequeño conocía a estos especialistas, y además cuando roté por el Hospital en esta especialidad me trataron súper bien y vi que era una especialidad con muchas posibilidades porque tiene un campo muy grande de enfermedades que tratar. Me gustó mucho la base del concepto de la fisiopatología del pulmón y por eso me decanté. Le tengo un cariño especial a todos los integrantes del Servicio de Neumología, a algunos los conozco desde pequeño, y tengo muy buena relación con todos ellos. Yo hice la residencia en el Hospital San Juan, de Alicante, porque era un centro hospitalario con unas líneas de investigación muy consolidadas y tenía claro que una parte de mi formación tenía que ser la investigación. Me dieron una beca para venir al Hospital de La Princesa unas semanas, y cuando hubo un hueco, me ofrecieron venir aquí  con un contrato de gripe de seis semanas que se fue ampliando y consolidé mi puesto. Con la llegada de la pandemia me ofrecieron liderar  el proyecto de la Unidad de Cuidados Respiratorios del Hospital Isabel Zendal, que era la UCRI  más grande de la comunidad de Madrid, con 32 camas, y me vine aquí y llevó un año y pico trabajando en este hospital como jefe de la UCRI, que debido al Covid ha llegado a ser la unidad más grande de Europa, porque hemos llegado a tener 96 camas ocupadas por pacientes, y con unos resultados bastante buenos. 

¿El coronavirus ha puesto todavía más de manifiesto la necesidad de las UCRI?

Sí, porque estas unidades son coste-efectivas, porque ahorran muchos gastos sanitarios y además evita en un alto porcentaje de los pacientes, en torno al 50%, la intubación, los colapsos de las UCI, con una estancia media menor que en una Unidad de Cuidados Intensivos y sirve para descongestinoar de forma precoz Críticos. En Albacete desde hace dos meses han conseguido abrir la UCRI, lo cual para una ciudad y provincia como la nuestra es muy importante, por las ventajas que tiene. 

¿Ha sido un desafío como neumólogo trabajar en primera línea en esta pandemia del coronavirus y ante un virus tan desconocido?

Sin ser consciente ni por supuesto saberlo me he ido formando en los últimos años para una situación parecida a la que hemos vivido y seguimos padeciendo por la pandemia del Covid. Yo estuve rotando en Nueva York con pacientes con ventilador y recuperación funcional. Además también soy responsable de la gestión de las UCRIa nivel nacional. Todo ello, me permitió tener una visión de cómo organizarlo todo y ha sido agotador, ha habido jornadas en las que no hemos parado ni psicológica ni físicamente. Ha sido muy duro, pero sobre todo, tenemos la conciencia tranquila y estamos muy orgullosos de haber podido con estas unidades tener resultados tan buenos para pacientes que estaban tal mal de salud.

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