Munera implica a los vecinos para mejorar rutas senderistas

A.G.
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La entidad creó un grupo de trabajo que analizará el estado actual de los recorridos que se acondicionaron con la Agenda 21, con el objetivo de proponer cambios y nuevos itinerarios

Mural de las Bodas de Camacho, por el que pasan varias rutas. - Foto: José Miguel Esparcia

El Ayuntamiento de Munera quiere de nuevo implicar a sus vecinos en la conservación y mejora de las rutas senderistas del municipio, con el objetivo de preservar y dar a conocer su patrimonio natural y cultural. Así lo hizo ya hace más de una década, cuando se habilitaron seis recorridos a través del Consejo de Sostenibilidad de la Agenda 21 local, y así vuelve a proponerlo en colaboración con la Universidad Popular.

Esa institución ha creado un grupo de trabajo, que este domingo, día 13, comenzará su trabajo sobre el terreno completando la Ruta de las Morras, un itinerario de 8,3 kilómetros que se encuentra entre los seis mencionados anteriormente y para los que se creó una página web específicas. Además de «pasar un buen rato»y promover el conocimiento de la localidad, el objetivo de la actividad es «analizar el estado actual de la ruta y su adecuación a la práctica del senderismo, realizando un informe donde se propondrá una señalización útil y con información clara para guiar al senderista durante el trayecto de forma autosuficiente», según detallan desde el Consistorio.

Además del grupo de trabajo de la UP, la participación está abierto a los vecinos que quieran acompañarlos, citados en la Plaza de la Constitución a las 9,30 horas para realizar ese recorrido circular de 8,3 kilómetros y dificultad baja, con el ecosistema fluvial y la arquitectura popular como principales atractivos.

Según detalla el proyecto de la UP, las seis rutas «fueron señalizadas mediante balizas de madera numeradas en orden de localización, siguiendo el sentido aconsejado, mostrando la distancia recorrida y a recorrer desde ese punto. Con el tiempo, y debido a la falta de mantenimiento, estas balizas son prácticamente inexistentes y las que permanecen se encuentran en muy mal estado».

 

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