Descacharrante presentación de la novela de Joaquín Reyes

Emilio Martínez
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El cómico es también guionista y actor de la película 'Camera Café', dirigida por Ernesto Sevilla

Joaquín Reyes, con su novela, durante la presentación, - Foto: Carlos Paverito

«Jamás me he reído tanto y con tantas ganas como con este paisano». Era la frase que pronunciaba uno de los afortunados asistentes al desternillante acto sobre El subidón, la novela de Joaquín Reyes, que le sirvió de presentación al grupo de albacetenses de la diáspora, y significa su debut en este género literario. Esa expresión no era muy distinta a la de resto del público presente en la sede de la Asociación Cultural Albacete en Madrid, cuyo aplauso final al cómico también ha sido uno de los más largos e intensos que se han oído desde hace mucho tiempo. Y es que, más allá de la puesta de largo de la obra, se trató de una actuación del polifacético personaje en todo el desarrollo del acto y sobre todo en el coloquio final. Hasta el punto de que Reyes, agradecido, lo cerró a su especial y humorística manera: «Se pasan con los aplausos; eso sí, muy merecidos porque he estado bien, ¿no?, ja ja».

Esas múltiples actividades del cómico, «en todas las cuales lo borda y saca matrícula de honor, lo que significa un gran orgullo para nosotros», cual apuntó su presentador, el secretario del grupo, Augusto Huéscar, y también las complicaciones por la pandemia, habían llevado a retrasar este acto que era aguardado con gran expectación e ilusión. No obstante,  hace unas semanas Reyes buscó un hueco en su recargada agenda de compromisos profesionales y lo comunicó a estos paisanos de Madrid que rápidamente aceptaron añadir para la tarde del pasado día 4 a lo que ya tenían programado en el mes de marzo.

De inicio hubo un breve repaso por parte del presentador a la trayectoria del cómico desde sus inicios en la Facultad de Bellas Artes -licenciatura que concluyó- de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca, donde coincidió con sus primeros chanantes, los también albacetenses Ernesto Sevilla -ya amigo de la infancia- y Raúl Cimas, el conquense Julián López y el madrileño Carlos Areces, para pasar a cuestionarle sobre las razones de que ahora abordara un nuevo género literario, el de la novela con este especial subidón.

No desaprovechó en su respuesta la oportunidad para echar mano del dominio de su capacidad de improvisación humorística y responder, iniciando lo que iba a ser denominador común del acto, el nivel descacharrante. «Incluso me veo con opciones para ganar el Nobel, ya que si se lo han dado a Bob Dylan, porqué no a mí, con la ventaja que él no tiene de que yo soy de Albacete». Tras las carcajadas precisó ya en serio que la novela era una idea que, como un reto, guardaba en mente desde tiempo atrás pero que sobre todo se debía a que se debía a que se consideraba «un gran lector», siendo en este sentido éste su género favorito.

Respecto a su argumento, desmintió algo que tantas veces le habían preguntado: que el protagonista, Emilio Escribano, fuera como él. «Sólo se me parece un poco. Es verdad que es humorista manchego, no de Albacete pero sí de Tarancón,  y ha experimentado un subidón con el triunfo, lo que le hace considerar de manera estúpida que es muy importante, algo en lo que yo no creo haber caído lo más mínimo, pero nada más». Tras explicar que este protagonista no le gusta y no le cae nada bien, «porque es tontismo der to», resumió,  por lo que el argumento era una especie de autoficción.

 

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