Editorial

La tasa de crecimiento natural invita a realizar una reflexión

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El Instituto Nacional de Estadística ha ofrecido en las últimas fechas varios datos relacionados con la evolución de la población que no invitan al optimismo en la provincia de Albacete, porque no sólo evidencian una pérdida de habitantes, sino que en el presente año la diferencia entre las defunciones y los nacimientos es demasiado elevada en favor de la primera.

A nivel general, en la previsión demográfica para los próximos años, los datos arrojan el resultado de que la provincia de Albacete sólo perderá algo más de 1.000 habitantes en los próximos 15 años, ya que pasará de los 387.734 a 386.648 en el año 2037, un descenso que no parece muy elevado, pero al entrar en detalle se comprueba que este freno en la bajada de población vendrá motivado por un incremento de población extranjero, ya que entre 2022 y 2037 la provincia sumará 21.008 nacidos fuera de nuestro país, mientras que perderá 22.093 vecinos de aquí. Queda patente, por tanto, la preocupante cifra de natalidad, que se corrobora con las cifras de la estimación mensual de nacimientos, ya que hasta agosto se contabilizan 1.790 alumbramientos, lo que supone un 2,25% menos que en el mismo período del año pasado, y un 7,36% menos respecto al año 2019. A este aspecto negativo hay que añadirle el del polo opuesto, las defunciones, que ascienden a 3.255 entre enero y septiembre, con un aumento del 16% respecto al año anterior y un porcentaje similar si se compara con 2019, el año prepandemia, por lo que también sería interesante conocer si se debe principalmente al envejecimiento de la población o existen otras causas por las que preocuparse.

El resultado final es que en los ocho primeros meses del año hubo un 17,30% de defunciones más que de nacimientos, lo que arroja un preocupante crecimiento natural negativo que debe invitar a la reflexión y al análisis de las medidas que se aplican en la actualidad para el fomento de la natalidad, porque una de las más populares, la del incremento paulatino en las semanas de permiso de paternidad -pasó de ocho semanas en 2019 a las 16 en la actualidad, con proyección de alcanzar los seis meses en 2026- parece que no da el resultado esperado.

Es preciso tomar cartas en el asunto para ralentizar el envejecimiento de la población, sin olvidar las demandas del colectivo de las personas mayores, que en el IX Congreso de la Federación territorial de Pensionistas y Jubilados de Castilla-La Mancha celebrado esta semana en la capital albacetense pidió recursos para poder vivir durante más años en sus domicilios, «el mejor hotel del mundo», como dijo Ramón Munera, presidente de la Unión Democrática de Pensionistas.