Desde hace unos meses, Manolo Sáez, es el nuevo presidente del Teléfono de la Esperanza en Albacete y desde hace unos tres años es uno de los numerosos voluntarios con los que este Teléfono cuenta en la capital albacetense. Sáez, además de estar en la presidencia, lleva las redes sociales, hace orientación telefónica y orientación por correo electrónico y ya fuera de él trabaja en una asesoría de empresas.

¿Cuál es la vinculación del nuevo presidente del Teléfono de la Esperanza en Albacete, Manolo Sáez, con dicho Teléfono? 

Mi vinculación con el Teléfono de la Esperanza como voluntario es desde hace unos tres años. Pero, no obstante, mi vinculación como tal con este Teléfono comenzaría hace unos seis años. Recuerdo que me llevaron un poco de la oreja a hacer un curso que hay para padres sobre la  ayuda a dar a tus hijos para crecer y es a partir de eso cómo empiezo a tener una relación un poco más de amistad con el presidente anterior, con Joaquín Fresneda, y a meterme un poquito más en todo esto haciendo diferentes colaboraciones como, por ejemplo, en la tómbola o llevando las redes sociales.

Y el paso de voluntario a presidente, ¿cómo lo da? 

Recuerdo que en un momento dado Joaquín quería dejar  su etapa como presidente y que durante un tiempo se estuvo pensando en qué personas podían sustituirle y quisieran  asumir esta responsabilidad para los próximos cuatro años, siendo en mayo cuando salgo elegido.  

Del equipo que le rodea, ¿qué puede decirnos?

En principio tenemos, digamos, un equipo de cuatro personas para el día a día y que lo conforman la psicóloga, Elena Vargas, la vicepresidenta, Nani Colmenero, la persona que lleva las tareas de administración o la tramitación de las subvenciones, Celes López, y yo.  Luego tenemos un consejo de centro que está formado por uno o dos de los responsables de cada área, de cada  departamento. Estaremos unas 10 personas.

¿Piensa Manolo Sáez darle a alguna tipo de impronta personal a su paso por la presidencia?

Mi intención es tanto seguir con la dinámica que lleva el Teléfono, el cual, es cierto, que ya tiene una inercia, como potenciar la línea que tiene   más allá de lo que se ve. Lo que se ve es el teléfono, la orientación, pero en torno a él hay muchas otras cosas más como los diversos programas que se están llevando a cabo a nivel nacional. Asimismo estamos trabajando en el tema del Plan Nacional para la Prevención del Suicidio y que a nivel local se concentra en una mesa y que, además, está muy avanzada. Se han aprobado ya los estatutos y ha habido ya varias reuniones y la próxima la tendremos el mes que viene.

 La mesa está formada por representantes de las diferentes asociaciones  que están comprometidas con la salud mental, así como de los diversos grupos  políticos, de las instituciones sanitarias o de los Colegios Oficiales de Médicos, Psicólogos o Enfermeros, entre otros. 

¿Qué hay detrás del Teléfono de la Esperanza?

Detrás del Teléfono de la Esperanza estaremos en España más de 3.000 voluntarios. Nuestra enseña es la orientación telefónica. No obstante, ningún voluntario estaríamos aquí si no hubiésemos asistido previamente a alguna formación y por supuesto, desde luego, no podríamos hacer  orientación si no tuviésemos toda esa formación detrás.

Son cuatro cursos, hay muchas prácticas y el reciclaje es continúo.

Ha comentado que su enseña es la  orientación telefónica ¿Reciben muchas llamadas? ¿Quien acude más a ustedes?

Sí recibimos muchas. Para evitar que se pierdan llamadas en determinados momentos se atiende vía una  cola de llamadas a nivel nacional, de manera  que atendemos tanto a gente del lugar en cuestión como de otras sedes. La idea es que nadie se quede sin ser atendido. El Teléfono funciona las 24 horas del día los 365 del año y dos son los números a los que puedes llamar, el 967523434 y el 717003717.  

Básicamente  la tarea del Teléfono de la Esperanza es acompañar a esa persona  en su proceso personal. Es un acompañamiento, además, desde la empatía, desde la ausencia de juicios y de etiquetas.  Mayoritariamente son mujeres las que acuden al Teléfono de la Esperanza, mucho más que los hombres. Quizás sea porque tradicionalmente es a ellas a quien se  les atribuye el cuidado emocional de la familia o quizás sea porque a ellas les cuesta menos hablar de sentimientos o  de emociones. No obstante, esto está cambiando, aunque, las mujeres pueden ser el 70% de los llamantes.  En cuanto a la  edad de quien nos llama se puede decir que hay de todos, si bien, por cuestiones técnicas y legales nosotros atendemos a partir de los 18  años de edad y si son menores,  los derivamos si llega el caso. Para los jóvenes tenemos asimismo en marcha en  Madrid y en Málaga un proyecto de atención por chat y así poder acercarnos a aquellos cuya manera de comunicarse es esa.

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