El Museo Municipal de Albacete acoge la exposición Maiestas. Patrimonio textil de la Semana Santa de Albacete, que se puede visitar en la primera planta hasta el 2 de abril.
Una inauguración que contó con la presencia del alcalde de Albacete, Emilio Sáez; el vicealcalde, Vicente Casañ; el delegado diocesano de Patrimonio, Luis Enrique Martínez; el presiente de la Junta de Cofradías, Antonio Martín, entre otras autoridades municipales, religiosas y miembros de las cofradías albacetenses.
El presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Martín, dio la bienvenida a todos y destacó que «si algo ha caracterizado siempre a la Semana Santa, además de su valor devocional, es la capacidad patrimonial que tiene. Cada una de las procesiones que salen en las calles de Albacete, están repletas de elementos artísticos, que la hacen del todo singular e incluso el patrimonio identifica a la imagen que procesiona», de ahí que la exposición tenga un gran sentido.
El alcalde d Albacete, Emilio Sáez, reconoció el trabajo de la Junta de Cofradías «por engrandecer esta tradición que es cultura y nos ofrece muestras de la riqueza de nuestra Semana Santa, como el patrimonio textil que se exhibe». Sus últimas palabras, antes de abrir la exposición fueron para recordar «a las víctimas que está dejando la guerra en Ucrania, algo que creíamos que no volvería a producirse en Europa y que pedimos a Dios que cuanto antes cese».
El coordinador de esta muestra, Jesús Espadas Alemañy, graduado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y Patrimonio, especializado en Textiles, comentó a La Tribuna de Albacete que «mostramos algunas de las piezas textiles más singulares de las cofradías y, sobre todo, los sistemas expositivos que hemos utilizado, con planos inclinados, permiten que las piezas reposen y estéticamente se vea el diseño al completo».
La obras seleccionas incluyen dijo, «mantos, como el de la Virgen de los Dolores, del taller de Justo Burillo, de Valencia; de la Esperanza, uno antiguo de la Soledad que lleva sin exponerse 30 años, o el primero de la Virgen del Mayor Dolor, que es muy peculiar porque está pintado. Están todos confeccionados entre los años 50 y 70 del siglo pasado, realizados por las Hermanas Carmelitas de Albacete o Arte Español de Madrid». Es la primera vez, subrayó Jesús Espadas, «que la Cofradía de Medinaceli presta una túnica para ser expuesta, en concreto una bordada que puede ser de los años 80, por la tipología de ese bordado. Tenemos otra túnica de María Magdalena, de los talleres de Arte Cristiano, de Madrid, que empezó a procesionar después de guerra». Valoró «un conjunto de encajes de finales del siglo XIX que adquirió la Cofradía del Mayor Dolor, con una extraordinaria técnica y otra pieza también muy destacable es el sudario del Cristo de la Agonía, que era de la imagen que se perdió en la Guerra Civil y sería de 1905, aproximadamente».