Chinchilla de Montearagón quiere retocar el POM de 2004

E.F
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Uno de los cambios propuestos afecta a la estética de los edificios que se hagan en el sector AR-5, mientras que otros se centran en facilitar la actividad de sectores como los áridos o la energía

Vista del sector AR-5 de Chinchilla. - Foto: R.S.

El Ayuntamiento de Chinchilla de Montearagón abrió esta semana un proceso de participación pública, de 20 días de duración, para que los vecinos den su opinión sobre una batería de modificaciones puntuales que se quieren hacer en el Plan de Ordenación Municipal (POM) actualmente vigente.

El POM de Chinchilla se aprobó en la Comisión Provincial de Urbanismo de Albacete del 1 de julio de 2004. Desde entonces, recuerda el concejal del área, José Martínez Correoso, su texto tuvo que actualizarse o adaptarse a las circunstancias, ya que en 15 años la situación del municipio ha cambiado.

«La mayor parte de estas modificaciones tienen que ver con facilitar la actividad económica», explicaba, «porque en 2004 se diseñaron algunos sectores que, en principio, iban a tener destino residencial, y entonces se establecieron una serie de limitaciones que ahora no son prioritarias». Por poner un ejemplo, indicó, Chinchilla posee un potente sector relacionado con los áridos y las arcillas, tanto desde el punto de vista de su extracción como desde la fabricación de cerámicas o ladrillos. Estas industrias, dada su actividad, deben respetar unas distancias mínimas con las zonas habitadas.

«En este caso, lo que hacemos es abrir un poco la mano y permitirles estar un poco más cerca de zonas que en el POM eran inicialmente zonas urbanas, como el AR-3, pero que ahora sabemos que no se van a desarrollar como esta previsto, por lo que podemos rebajar las distancias mínimas»

Hay también una modificación que afecta a un viejo conocido del urbanismo y la política local, el sector AR-5. Aquí lo que se pretende es modificar y aclarar algunas condiciones estéticas y morfológicas «para que se puedan hacer terrazas, instalar cerramientos o elementos externos con algo más de libertad que en otras zonas del casco urbano, donde hay que preservar una estética más tradicional», lo que no es tan necesario en un sector bastante más nuevo.