Las llamadas al Teléfono de la Esperanza crecieron un 17%

V.M.
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Cerca de 2.500 ciudadanos de la provincia fueron objeto de atención por parte de la organización, que cumple medio siglo de andadura y 31 años con presencia en Albacete

Una voluntaria de la organización atiende una llamada. - Foto: Rubén Serrallé

En un año 2020 dominado por los efectos de una pandemia que obligó a cambiar nuestras costumbres y hábitos de vida, entra dentro de la lógica que una organización como el Teléfono de la Esperanza, con medio siglo de existencia y más de tres décadas implantada en Albacete, haya reforzado su actividad para atender las inquietudes y problemática de muchos ciudadanos. 

La psicóloga que coordina los programas del Teléfono de la Esperanza, Elena Vargas, confirmaba a La Tribuna de Albacete que el incremento en el número de llamada en la provincia durante el año de pandemia fue de un 17%, pasando de las 2.097 de 2019 a las 2.443 de 2020, una subida que todavía es más notable a nivel nacional y roza el 40%: de 116.155 a 160.646.

Es muy significativo rastrear el número de llamadas que se produjeron durante los primeros meses del estado de alarma, entre el 13 de marzo y el 21 de junio, donde se concentraron  cerca de 1.100 de las llamadas y también hubo 53 personas atendidas en el Programa de Atención Psicológica Comparte Vida.

En la Memoria 2020 también se detalla que el 66,24 por ciento de las llamadas recibidas fueron de mujeres, por un 33,7% de hombres, y que la problemática de las mismas aparece dominada por asuntos psicológicos y psiquiátricos, un 44%, seguida de problemas familiares y de relación (16%), por el contrario los de tipo jurídico o asistencial apenas suponen un uno por ciento. «Se constata que en estos últimos meses se mantienen como problemáticas habituales la soledad, los estados depresivos y/o de ansiedad, los conflictos familiares y otros problemas de salud mental, las cuestiones en torno a las que se reciben el mayor número de llamadas;  la variación que podemos destacar desde que comenzó la pandemia, es que el ocho por ciento de las llamadas recibidas estaban relacionadas con malestar psicológico y emocional derivado del coronavirus», advierte Elena Vargas.

Asimismo, la suspensión de los cursos presenciales que viene organizando el Teléfono de la Esperanza durante el estado de alarma supuso que en 2020 las inscripciones en los talleres disminuyese  de forma drástica, apenas medio centenar de personas, cuando en los dos años anteriores rondó los 150 inscritos. Cabe precisar que en este 2021 se han retomado de forma online.

«Entendemos -prosigue Vargas- que el incremento del número de llamadas de este último año es consecuencia de la pandemia y de todos los cambios que ha supuesto en la vida de las personas, algunas de ellas con estados de ansiedad o depresión no han podido contar con el seguimiento que habitualmente tenían en los servicios de salud mental, porque las circunstancias nos han puesto a prueba a muchos niveles y han afectado a nuestra salud emocional».

Otro aspecto que llama la atención del resumen estadístico del Teléfono de la Esperanza en Albacete es que el grueso de las personas que demandan el servicio fueron de mediana edad, entre 35 y 65 años,  una tendencia mantenida en el tiempo. «Entendemos que son las etapas vitales que más ponen a prueba nuestros recursos, evidenciando nuestras dificultades e invitándonos a buscar la ayuda y el apoyo necesario para afrontar los retos de la vida adulta; no obstante también recibimos llamadas de personas jóvenes entre 19 y 35 años o de mayores de más de 65 años, pero en menor porcentaje, creo que la información que manejan sobre recursos de ayuda y los temores o la falta de experiencia con estos servicios pueden influir a la hora de dar el paso en ese sector de población», indica la psicóloga.

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