Elena Serrallé

Elena Serrallé


La 'performance' de Urkullu

15/09/2021

La semana pasada asistí a las VIII jornadas de Juntas de Gobierno de Colegios de Abogados organizadas a nivel nacional y celebradas en Bilbao. En el acto de inauguración, que condujo con especial sosez Anne Igartiburu, intervino el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, quien hizo méritos sobrados para ganarse un suspenso como anfitrión.
Dinamitando cualquier pauta no sólo del protocolo institucional, sino de las más básicas normas de educación, nos dio la bienvenida con una patética performance que rayó el ridículo. Haciendo alarde de un acto sumamente provocador, extendió en euskera su discurso más allá del saludo. Con la reacción absolutamente medida por su parte, se recreó con el impacto que sus palabras, incomprendidas por la inmensa mayoría del auditorio, causaron. 
El patio de butacas fue tomado por las miradas atónitas entre colegas, los murmullos se dispararon, curiosamente también aumentó el número de fumadores porque no fueron pocas las personas que se alzaron y salieron del palacio de congresos.
Mal, señor Urkullu, muy mal. Cuide más sus intervenciones y tenga en cuenta que los allí convocados éramos profesionales que acudimos a su casa provenientes de toda España y fue de un pésimo gusto recibirnos usando su lengua materna, básicamente porque ni la hablamos ni la entendemos. En lo personal me sentí tristemente sorprendida, esperaba más de su calidad de representante del pueblo vasco. Consiguió que, a pesar de reconducir en castellano su discurso, ya no le atendiera y, por ende, no aplaudiera su irrespetuosa puesta en escena.