Un gol que le dio fama mundial

Ana Martínez
-

Además de Andrés Iniesta, su hijo más ilustre, Fuentealbilla goza de un magnífico sector vinícola y de una programación cultural única en la comarca

Francisco Castillo, un fuentealbillense jubilado y aficionado a la historia, junto al pilar y a la Casa Consistorial. - Foto: Arturo Pérez

Un gol en el minuto 116 y su nombre recorrió el mundo entero. Nadie pudo presagiar que un joven fuentealbillense de apenas 13 años iba a ser, años después, el causante de su fama internacional. Fuentealbilla ya no se entiende sin Andrés Iniesta, futbolista que encumbró a España en el Mundial de 2010, cuya familia reside en esta localidad albacetense, donde él también tiene su propia estatua, su propia casa y su propia calle. «Nos ha dado fama mundial, el chaval vale mucho, es muy amable». Lo reconoce Francisco Castillo Alcantud, un lugareño de 72 años de edad, al que le place bucear en históricos archivos y registros para saber más de los orígenes de este municipio, del que ya se conoce que contó con numerosas salinas explotadas por los romanos. 

No en vano, en 2008 fue hallada la figura, tallada en piedra, de una cabeza humana de la época romana, encontrada por un agricultor que se encontraba arando sus tierras. Tras ser entregada al Museo de Albacete, se estima que fue tallada en el siglo III.? 

Posteriormente, Francisco Castillo descubrió en el Libro de Caza de don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor, que escribía sobre Fuentealbiella por la presencia de ánades:«Lo más antiguo que se conoce es de época romana, aunque hay muchos vestigios íberos por la zona», explica este historiador fuentealbillense, que aclara que en el término municipal se encuentra «la mal llamada terma romana de la fuente grande» que, sin embargo, «no fue más que una captación de agua».

Y es, precisamente el agua, lo que ha marcado el rumbo, la vida y las costumbres de Fuentealbilla, conocida con el sobrenombre de la Fuente Blanca, precisamente por sus mencionadas salinas.

De su patrimonio histórico-artístico destaca la iglesia de Santiago El Mayor. Se trata del tercer templo de la localidad, ya que el primero aparece en el año 1300, según se recoge en los archivos de Cuenca, el segundo está datado en 1689 y, sobre este, se levantó la actual parroquia en 1770. Cuenta Castillo que de la hornacina que se encuentra en su fachada se decía que silbaba cuando llegaba el «mal tiempo». De estilo barroco, del interior del templo destacan las pinturas de perfil levantino de su altar mayor.

Desde que contrajo matrimonio, Francisco Castillo reside en Fuentealbilla, un pueblo «noble» y de «gente sencilla», afirma, cuya principal fuente de riqueza es la agricultura, especialmente la viña y el champiñón, principales sectores de la generación de empleo.

En su casco urbano, Fuentealbilla conserva un edificio que fue núcleo de la administración de la sal, que se encuentra en la plaza de Las Salinas, donde Francisco Castillo vivió su infancia:«Esta es la parte más antigua del pueblo, el Castillar, antiguamente conocido como Castellar», relata este amante de la historia de su municipio, cuya compilación de documentos está ahora digitalizando. Es precisamente en esta zona, la más alta de la localidad, desde donde se divisan las antiguas salinas, en las que se producía esta sustancia con 26 grados de salinidad, «de las más importantes que había en la época», recalca Francisco, que cuenta que las mismas pertenecieron a don José de Berástegui, un personaje que recibió el Señorío de Alpera en época de los Reyes Católicos.

Desde este punto también se observa el Cerro de la Cruz y, detrás, la Peña del Águila, donde en la actualidad se encuentra una yesera con actividad. En otro punto del espacio urbano se localiza la ermita del Santísimo Cristo del Valle, una construcción de la que no constan archivos históricos, aunque Francisco estima que tuvo que levantarse en los albores del siglo XVIII, un lugar protagonista en las fiestas en honor al patrón de Fuentealbilla, que desde 1972 se celebran el 20 de agosto. Y es allí donde se prende una gran hoguera y desde donde sale la imagen del Cristo del Valle en procesión hasta la iglesia, un acto que en el pueblo se conocía como el encierro. Otra festividad importante para la localidad es el 15 de mayo, San Isidro Labrador, jornada en la que habitantes y emigrados celebran una romería al paraje conocido como Huerta Solera.

Francisco Castillo asegura que en este municipio de La Manchuela reside gente joven, después de unos años muy malos en los que tuvo que hacer frente a una fuerte emigración. Hoy, Fuentealbilla da trabajo en la agricultura, en las yeseras y en las champiñoneras, aunque su historiador considera que, a nivel político, no ha habido interés por buscar más industrias y actividades relacionadas con sus materias primas.

Otro atractivo constructivo de Fuentealbilla es la Casa de la Chocolatera, la vivienda más antigua de la localidad que acogió una fábrica de chocolate y cuyo escudo parece ser que está relacionado con la Orden de Santiago. Se encuentra próxima al famoso pretil del municipio que hace las veces de puente en plena rambla, donde también se localiza la casa rural La Tinaja, rehabilitada en un antiguo convento del que han respetado una cruz en la fachada.

Al margen del patrimonio e historia del municipio, Fuentealbilla cuenta con un amplio abanico de servicios públicos y privados que cubren las necesidades básicas de sus habitantes. Destaca el potencial de su hostelería, con seis bares, cafeterías y restaurantes, que conviven con un estanco, dos supermercados, tiendas de alimentación, panadería, tres entidades bancarias, consultorio médico y farmacia.

Los fuentealbillenses y vecinos adoptivos también pueden disfrutar de las instalaciones de la Casa de la Cultura, en la que se encuentra el auditorio para su importante programación cultural y una biblioteca. Para la práctica del deporte, Fuentealbilla tiene campo de fútbol, pista de pádel, frontón abierto y piscina de verano. Igualmente cuenta con tanatorio para velatorios, un centro de día comarcal para personas con Alzheimer, el colegio de Infantil y Primaria Cristo del Valle y una guardería de titularidad municipal. En su Ayuntamiento -ubicado en las antiguas escuelas donde también estaban las viviendas de los maestros- se encuentran los servicios sociales, el juzgado de paz, la oficina de correos y el hogar del jubilado.

«Aquí se vive muy bien, en mi caso no me ha atraído nunca residir en la ciudad; en los pueblos, la vida es más natural», afirma Francisco Castillo a los pies de la Casa Consistorial, un edificio civil de principios del siglo XXy de estilo modernista, que se encuentra junto al emblemático pilar, una fuente del año de La Bastilla, con más de 200 años de historia y realizada con piedra de sillería.

Porque si hay un elemento importante en Fuentealbilla este es el agua, que brota a un kilómetro de la localidad y llegaba a esa fuente sin necesidad de motores. Y por eso cuenta con una rambla. Y por eso a los fuentealbillenses también se les conoce como raneros.