Entre un nueve y un 12% de la población sufre de depresión, una patología que según los expertos podría convertirse en una auténtica pandemia en los próximos años, agravada por los 18 meses de crisis sanitaria por el coronavirus que estamos viviendo, que ha empeorado estas dolencias, en particular los cuadros depresivos ansiosos. Ayudar a profundizar en esta patología y visibilizar ante la sociedad este trastorno emocional es el objetivo de las XXV Jornadas sobre el Síndrome Depresivo que Lassus ha organizado un año más y que hoy arrancaron en la Casa de la Cultura José Saramago. 

Una enfermedad de la que se puede salir con ayuda de profesionales como los psicólogos que tiene la Asociación de Ayuda al Sindrome Depresivo (Lassus), que en lo que va de año han atendido a 269 usuarios con cuadros depresivos y de ansiedad, a través de los tres talleres semanales con los que cuenta, ahora en modalidad mixta.

La presidenta de Lassus, Mercedes Sánchez Ortega, aseguró que de forma activa en estos momentos son 170 las personas que están recibiendo terapia en la entidad, cuyo número de socios ha crecido y se acerca a los 300, en un año duro donde la asociación no ha dejado de trabajar «ayudando al máximo número de personas en su bienestar mental».

El alcalde de Albacete, Emilio Sáez, inauguró estas jornadas, las primeras que se celebran en modalidad mixta, tanto presencial como online. Sáez agradeció la labor fundamental que presta Lassus a la población acompañando a las personas que pasan por el trance de sufrir una depresión, estrés o una crisis de ansiedad, y pidió a la sociedad que deje de estigmatizar dolencias como la depresión y vea los trastornos mentales con la misma naturalidad que las enfermedad de tipo físico.

 La psicóloga Esther Sanguiao Olivares fue la ponente encargada de abrir estas jornadas, que centró en la importancia de una buena autoestima para gestionar las emociones. Sanguiao Olivares animó a la población a aprovechar la estación del otoño para trabajar nuestra autoestima,  «que es la gran olvidada», a su juicio, porque «igual que vamos a la peluquería por ejemplo a echarnos el tinte o vamos al gimnasio, la autoestima y la gestión de nuestra salud emocional está todavía muy olvidado".