Renovación de devoción a la Virgen de Cortes

María Dolores Jiménez Ramos
-

Se celebró de manera solemne el 800 aniversario

Aspecto que presentaba la misa que se celebró el 1 de mayo con motivo del 800 aniversario de la aparición de la Virgen. - Foto: Arturo Pérez

Todavía me llena de emoción recordar el pasado primero de mayo, día en el que celebramos «por todo lo alto» como no podía ser de otra manera tu 800 aniversario, cuántas cosas han pasado desde aquel 1 de mayo de 1222 cuando Francisco Álvarez, el pastor de Solanilla encontró tu imagen en una encina.

Llevábamos mucho tiempo esperando este gran día, cuántos preparativos para que todo saliera bien, el Santuario, tu casa, tenía que lucir bien bonito, se esperaba mucha afluencia de peregrinos y había que acogerlos con cariño, tenían muchas ganas de verte después de estos dos años de pandemia, de sentir tu cercanía y de celebrar contigo tu cumpleaños en este año Jubilar.

El día anterior todo eran idas y venidas en el Santuario, con prisas, carreras, cansancio, había tanto por hacer y a la vez tanta ilusión para que todo saliera bien… escenario, altar, flores, sillas, alfombras, megafonía... y lo más importante Tú, nuestra querida Virgen María de Cortes, había que engalanarte para tan importante ocasión, y allí estábamos las camareras, de nuevo a tus pies, emocionadas y nerviosas de poder compartir esos momentos de intimidad contigo.

El manto, hoy especial con el escudo bordado de la muy noble y leal ciudad de Alcaraz, la corona, el rosario, tu cetro… y cómo no, ese Niño que llevas entre tus brazos Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios Verdadero… ya luces hermosa, preparada para que los anderos te bajen del camarín y te coloquen en tus andas.

Y amanece el uno de mayo, muy nublado; desde muy temprano todos presentes en el Santuario: Rector, Vicerrector, miembros de la Junta Gestora, grupos de voluntarios, trabajadores del Santuario, Protección Civil, Guardia Civil… avanza la mañana y el cielo se va despejando, no deja de llegar gente a la explanada del Santuario, nadie quiere perderse este gran acontecimiento, todos quieren celebrar contigo María, Madre de Dios y Madre nuestra estos ocho siglos que llevas caminando entre nosotros. Son las 11 horas de la mañana, las campanas repican con fuerza, comienza la procesión alrededor del Santuario, todo el pueblo te aclama ¡Viva la Virgen de Cortes!, los peregrinos emocionados a tu paso, qué alegría tan grande encontrarse con la Madre, un nudo se nos pone en la garganta y un gozo inmenso sentimos en el corazón. 

Entre vítores y aclamaciones llegas hasta el altar, va a dar comienzo la ceremonia presidida por el Nuncio de su Santidad el Papa Francisco en España, con nuestro Obispo y otras muchas autoridades religiosas, civiles y militares que han querido acompañarte en este gran día. No podían faltar tampoco a la cita las personas que te han acompañado durante estos últimos años en el Santuario: sacerdotes, religiosas, miembros de la Archicofradía…

Las voces del coro 'VIII Centenario' dan comienzo a la ceremonia, bajo un sol espléndido en un marco incomparable, la Sierra de Alcaraz. Y en este momento, es casi imposible no volver la vista atrás, 100 años antes cuando en la misma explanada, el uno de mayo de 1922 se producía tu coronación canónica, ese día, sin embargo, nevaba. Y tu Hijo se hace presente entre nosotros en la Eucaristía, y con mucha devoción te pedimos Santa María de Cortes que cuides siempre de nosotros, que no nos abandones, que sigas siendo nuestro amparo, refugio y solaz, que nos ayudes en las encrucijadas de nuestra vida, que seamos luz para los demás. Y te damos las gracias por tantas veces que has intercedido por nosotros ante tu Hijo y has escuchado nuestras súplicas y te has compadecido de nosotros.

Y como colofón a esta ceremonia tan solemne, porque nos sentimos profundamente agradecidos de ese amor que sabemos nos tienes, entonamos el himno y te cantamos los mayos, y verso a verso, entre salto y salto, vamos ensalzando tu hermosura, tu gracia y bondad.  Termino, en nombre de tantos y tantos peregrinos que se han acercado hasta ti, Virgen María de Cortes a lo largo de estos 800 años, diciéndote GRACIAS por haber sido siempre luz y esperanza para todos.