Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


La vicepresidenta Díaz pisa el acelerador

25/10/2021

Muchas prisa está mostrando Yolanda Díaz en su afán por hacerse con el liderazgo indiscutible del ala izquierda del PSOE, una vez prejubilado Pablo Iglesias, convertido ya en una especie de excrecencia del 15-M. La vicepresidenta del Gobierno y titular de Trabajo no renuncia a cualquier oportunidad para mostrar perfil de liderazgo y, al tiempo, para arrinconar a su rivales directas en este empeño, Irene Montero e Ione Belarra, ambas compañeras de Gabinete pero sin apenas formación, ni capacidad para aspirar a algo más que ha hacer ruido.
Las teorías que circulan en torno al futuro de Yolanda Díaz son varias y confusas. Es evidente que aspira a todo y que, como apuntó Iván Redondo, ahora que también milita en la cofradía de los defenestrados, puede ser una de las tres candidaturas con aspiraciones a presidir el Gobierno, junto a, claro está, Sánchez y Casado. Una mujer en la Moncloa es asignatura aún pendiente en nuestro país. Soraya Sáenz de Santamaría pensó en ello, pero sin demasiada convicción. Isabel Díaz Ayuso podría llegar a serlo, pero es pronto.
Ahora la vicepresidenta Díaz aprovecha el caudal mediático que le ofrece su plataforma gubernamental para acaparar todos los focos que pueda y, de este modo, convertirse en la figura más popular del panorama político nacional, tal y como ya se refleja en alguna encuesta. Díaz actúa sin prudencia alguna a la hora de mostrar sus desavenencias con el Gobierno del que es vicepresidenta. Lo evidenció en su campaña contra la ampliación del aeropuerto de El Prat y ahora está pugnando en forma muy vehemente en pro de la demolición de la reforma laboral del PP que ha asumido y defendido la parte socialista del Ejecutivo. Díaz embauca a los sindicatos, especialmente a CCOO, miembros de su familia comunista, con una prédica demagógica en torno a esta cuestión.
De bien cuidada presencia, siempre impecable en su 'look', espléndida en su peinado, muy correcta en sus gestos y muy moderada en su tono, Díaz busca atraerse no sólo a la militancia podemita, muy despistada y absolutamente desnortada con la actual dirección, en especial con la pareja de las 'viudas' políticas de Iglesias, y necesitada de alguien que asuma el estandarte de sus reivindicaciones, sino también en un sector socialista muy descontento con la gestión actual del sanchismo.
La teoría más asumida es que Sánchez le da vuelo, le permite estos excesos porque necesita que Podemos no se hunda del todo, ya que va a necesitar una formación que le preste escaños a la hora de formar gobierno en la próxima legislatura. Si Podemos se hunde, si cae por debajo de 20 escaños como anuncian los estudios demoscópicos, quizás Sánchez tenga problemas para armar un bloque parlamentario con potencia mayoritaria. Ese es quizás el juego al que ahora se asiste, Tiene tan sólo un riesgo para el PSOE, que Yolanda Díaz cobre demasiado vuelo, que su actual impulso le lance más allá de lo previsto y, entonces, será un momento seriamente complicado par Sánchez. El presidente del Gobierno le permite, de momento, que siga a su aire y mantenga esa actitud desafiante y hasta impertinente. A ver cuánto dura este relación. Y este Gobierno.