Galicia le ha puesto el cascabel al gato y prohíbe fumar en la calle o en las terrazas de los bares si no se puede garantizar la distancia de seguridad para evitar los contagios por coronavirus; una medida a la que ya se sumó canarias y que estudian aplicar también otras comunidades autónomas del país.
Pues sí señores, los fumadores somos los culpables y yo añadiría que, además, somos tontos -con perdón a quien le pueda molestar-. Nos venden un producto a un precio altísimo, del que más del 50% son impuestos que van a las arcas de los gobiernos que luego nos prohíben fumar algo adictivo. Una vez que usted fuma y tiene dependencia de la nicotina, empiezan los palos, por el bien de su salud y de la de todos. Pues hombre, si es así, no permita la venta de algo con tantas sustancias nocivas, digo yo.
Me afloran varias preguntas. ¿Cuál es la base científica para apuntar a los fumadores como grandes ‘contagiadores’? ¿Qué porcentaje de contagios se debe a los fumadores? Hasta donde yo sé, por lo que cuentan las autoridades sanitarias, los principales brotes se producen en las reuniones familiares, en las de amigos y debido al ocio nocturno. No sería, por tanto, más lógico prohibir lo que de verdad produce los rebrotes. Parece que no, porque eso sería poco popular y ahí entran en juego muchos votos, que nuestros dirigentes tienen que hacer sus cuentas para asegurar las poltronas.
Seamos serios y vayamos al fondo del problema y no nos quedemos en la forma, que puede ser más productiva de cara a la galería, pero no para el éxito sanitario. Ya lo dice el bueno de Carlos Herrera, en este país hay más tontos que botellines.