Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


La abuela de España

01/01/2021

Araceli tiene 96 años y es tan coqueta como elegante. No hace falta que haya un acontecimiento especial para ponerse guapa. Lo hace cada día. Además, la coquetería no entiende de edad. Todo lo contrario; se suele acrecentar con el paso de los años. ¿Quién no ha tenido ganas de achucharla estos días? Su sonrisa amable -dibujada bajo la mascarilla- ha traspasado todas las fronteras y ha llegado a EEUU, en una de las imágenes del fotógrafo alcarreño Pepe Zamora que publicó The Washington Post. Araceli simboliza una generación especialmente golpeada por la pandemia y se ha convertido en la abuela de España, por ser la primera en ponerse la vacuna y por demostrar determinados valores que los que vamos detrás hemos ido perdiendo.
A Araceli el protagonismo involuntario le ha llegado cuando acaricia el siglo de vida. Siempre ha estado en un segundo plano y con una vocación especial de servicio a los demás, en especial, a su familia. ¡Qué poco se ha valorado en este país a las amas de casa! En ese momento para la historia aprovechó para santiguarse, dar gracias a Dios y animar a todos a que nos vacunemos. No hay alternativa. Cuando el lunes hablé con su nieto David me contó que es una mujer positiva, que nunca se ha amilanado y que está acostumbrada a dar pasos hacia adelante, cualidades humanas que hacen más llevadera cualquier vida. Ahora, nos toca a los demás cuando nos vaya llegando el turno.
Aunque Araceli nació en Guadix, hace 25 años que llegó a Guadalajara, lo que ha servido para que algunos pongan en el mapa a esta olvidada provincia. Cómo será la cosa, que todavía hay periodistas que nos colocan en México. Incluso hay compañeros que para ilustrar el momento pusieron una imagen de la catedral de la Guadalajara mexicana. Ahí es cuando tenía que haber sonado la ranchera que compuso Chema Abascal en aquella campaña de publicidad inolvidable bajo el lema Guadalajara no solo está en Jalisco. Ante ese dislate, que llamen ciudad manchega a una capital y a una provincia que no tiene ni un metro cuadrado de La Mancha es incluso anecdótico, aunque supone una prueba más de lo mucho que hay que invertir en la promoción turística de La Alcarria y de todas las guadalajaras.
Pero no nos perdamos. La imagen de Araceli ha de servirnos para recordar el dolor y el olvido que han vivido en las residencias de mayores. Durante los primeros meses de la pandemia, los responsables de estos centros de la tercera edad tuvieron que afrontar la situación sin apenas medios y con la ausencia de ayuda por parte de la administración que estaba completamente desbordada. Los datos oficiales, aún lejos de la realidad, son reveladores de un sufrimiento incomparable. En las cerca de 5.500 residencias que hay en España han muerto 24.800 personas. Estamos hablando de la mitad de los fallecidos que asume el Gobierno, que sigue despreciando las cifras que publican organismos igual de públicos como el INE o el Instituto Carlos III, que apuntan a más de 70.000 muertos desde el inicio de la pandemia. De todos esos ancianos que se han ido desde marzo, la mayoría se fueron en silencio, sin la compañía de su familia, que apenas tuvieron información sobre su estado de salud hasta el fatal desenlace. Por eso es tan importante la foto de Araceli con la primera vacuna. Valga como motivo de celebración por el principio del fin, pero también como recuerdo de una realidad que algunos todavía se esfuerzan en esconder o mitigar.