Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Dos genios en Mestalla

01/12/2020

Aquella tarde del Mundial de 1982, ardía el viejo Estadio de Sarriá de Barcelona. Mientras Argentina e Italia saltaban al césped, me acomodé con mi prima Eugenia en aquel córner abarrotado de argentinos. Nada más pitar el rumano Rainea, el italiano Gentile cosió a patadas a una incipiente figura mundial que ya asombraba al mundo a pesar de su juventud: Diego Armando Maradona. El «6» italiano cometería 28 faltas consecutivas sobre El Pelusa, mientras el árbitro miraba hacia Las Ramblas. Pocas veces en un césped he visto una caza y captura más fragrante. Italia terminó ganando dos a uno y Argentina sería apuntillada días más tarde por el Brasil descomunal de los Zico, Cerezo y Sócrates. Maradona se quedó en el Barcelona, y en septiembre de ese mismo año fue a debutar a Mestalla, en la Liga, frente al Valencia del compatriota Kempes, teniendo como compañeros a los Schuster, Urruti, Alexanko o Migueli. Ese verano yo había estado trabajando en los Almacenes Paños de Albacete. El administrador, Gerardo Paños hijo, quiso premiar mi fidelidad invitándome a Valencia. El reventa albacetense Pepe El Canalla, compañero de farra de aquel Eusebio que oficiaba de conductor en los almacenes, consiguió las entradas. Bien sabía el bueno de Gerardo que este encargo le saldría caro. Hasta Valencia nos acercamos. El ambiente en los aledaños de Mestalla era de tarde grande. El Canalla dominaba los muchos bares que lo rodeaban. Las entradas eran en tribuna baja. A las nueve de la noche saltó el Barcelona, encabezado por Maradona. El argentino agarraba un balón. De pronto el pibe pateó la bola alta y lejos. Antes de caer el balón sobre el círculo central, Maradona lo pinchó literalmente con su empeine en un ejercicio brutal de malabarismo. Al lunes siguiente, Pepe El Canalla apareció por los almacenes Paños para pegar el sablazo, llevándose «media tienda». Desde este pasado miércoles, Maradona y Pepe El Canalla ya están ensayando rabonas sobre la portería de la Eternidad. Dos genios.