José Fidel López

José Fidel López


El río que nos lleva

31/12/2020

Siempre se decía que la vida pasaba en un instante. Que era como ese río que nos dibujó José Luis Sampedro con sus palabras en 1961, que corría y nos transportaba. Y que buena parte de su curso era un rápido en el que apenas se podía contemplar paisaje y paisanaje. Así vivíamos hasta este año que concluye. Pero no, para este 2020 no valen frases hechas y reiteradas. Todo estaba por inventar porque lo de esta pandemia ha sido un estreno para todos -o casi todos-, una première a la que no sabíamos cómo enfrentarnos, y los fríos pero contundentes datos estadísticos así nos lo han demostrado. Y los días, los meses, transcurrieron muy lentos, a una velocidad desesperante.
Que la palabra del año haya sido confinamiento no es de extrañar. Aunque bien podrían haber valido Covid, ruina, cierre, teletrabajo, ERTE, pandemia, coronavirus, vacuna, infección, respirador, neumonía bilateral, soledad, muerte... Y de momento, el 2021 que llama a nuestras puertas se presenta casi, casi, igual, pero con alguna incorporación, como esperanza, gracias a la ciencia.
Tardará la cosa en enderezarse. Todavía queda trecho para desembocar en una normalidad que no será nunca como antes. Así nos lo dicen los expertos. Pero los afortunados, los que seguimos aquí y podemos continuar con nuestras vidas hemos de valorar en su justa medida esta oportunidad. Así hay que encarar el futuro que nos llega. En un pasaje de El río que nos lleva, Sampedro escribe: «¡Cómo pasa la vida! ¡Qué amargura! Pero todavía hay fuerza en ver las cosas bien de cara». Pues eso. No nos queda otra. ¡Feliz año!