Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Mundial bajo sospecha

17/11/2022

El inicio del Mundial está ya a la vuelta de la esquina y cabe suponer que cuando el próximo domingo comience a rodar el balón, lo puramente competitivo pasará ya a ocupar los principales titulares del evento, lo que hasta ahora no ha sucedido siendo todo un cúmulo de lamentables polémicas y tristes hechos fehacientes los que han copado la singladura previa de torneo, que nació ya bajo sospecha desde el momento en que se procedió a su adjudicación de manera probadamente irregular y bajo el signo de la corrupción, con votos comprados a la luz del día, para que se llevase a cabo en fechas inapropiadas y en un lugar inadecuado, tanto por el territorio en sí, como por los perfiles que presenta el país escogido.
Catar es un país inmensamente rico, eso sí, de una riqueza mal repartida, donde la corrupción es habitual moneda de cambio y en el que se niegan la mayoría de los derechos humanos que deberían ser faro de una sociedad digna del siglo XXI. La celebración de este Mundial demuestra que la dirección del fútbol internacional, la FIFA, está más alineada con la corrupción y el feudalismo de Catar que con la democracia y la igualdad de una sociedad moderna, cabe suponer que por el beneficio que aportará esa decisión a los putrefactos bolsillos de sus dirigentes. Este Mundial, que moverá millones, ha rechazado, por parte del Ministerio de Trabajo catarí, indemnizar a las familias de los varios miles de trabajadores que han perdido la vida trabajando en condiciones inhumanas en la construcción de faraónicos estadios, en donde se jugará un campeonato que tiene como objetivo engrandecer la imagen de Catar, a costa  eso sí, de empequeñecer la imagen del deporte.