Pedro J. García

Pedro J. García


Las dos caras de la moneda

02/10/2020

Las monedas tienen dos caras, como otras tantas cosas de la vida, como la moral, esa que no se puede cuantificar y que si es buena no tiene precio. Esta misma semana hemos visto las dos caras de la moneda y también de la moral. Una de las dos caras, creo que la cruz, que es la que solemos considerar secundaria, la protagoniza el futbolista Neymar.
El delantero nada en la abundancia económica, veranea sobre un yate, paga viajes y hoteles a un grupo de amigos para que le acompañen y es admirado y seguido en redes sociales por millones de personas, sobre todo, jóvenes, de todo el mundo. Para muchas madres hasta puede que sea el yerno ejemplar, pero resulta que, aunque ahora juegue en Francia, de su pasado español no sólo queda que jugó en el Barcelona, sino también que encabeza la lista de personas físicas en volumen de deuda con Hacienda. La cantidad no es para tomarla a broma, ya que asciende a 34,6 millones de euros, aunque seguramente cueste más cobrarla que al Albacete hacer un gol.
La cara de la moneda, la que consideramos como buena, no tiene nombre ni apellidos conocidos, seguramente tenga una cuenta corriente normalita,  tendrá pocos admirados y no muchos seguidores en redes sociales, si es que las usa, pero demostró hace unos días que también puede presumir de la cara buena de la moral. Hablo de quien, hace unos días, encontró un sobre con 680 euros en un centro comercial de la capital y lo entregó a a la Policía Local para localizar a la persona que lo perdió. Estas dos caras de la moneda son también las de nuestra sociedad y yo me quedo con la menos popular, con la que tiene menos dinero, pero más moral.