Ramón Bello Serrano

Ramón Bello Serrano


El buzo

30/01/2021

Josep Pla hablando de Joan Maragall dijo: «No es un melódico; es un sinfónico. No es un versificador; es un poeta». Maragall y Goethe aceptan la vida de manera impávida -y consideran, al decir de Pla, «que el mero hecho de vivir es para él (Pla aparta a Goethe) la esencia de la felicidad, su constatación definitiva»-. La gramática de la creación (siempre Steiner) conlleva el sinfonismo de Maragall. Pla -el más grande escritor que ha dado la lengua catalana- se asemeja a Maragall en casi nada, excepto en que son grandes paisajistas, arquitectos de su país, fueron a las letras a través del paisaje -el espíritu de la letra-. Cuando se lee a Pla (a través de Ridruejo o de Xavier Pericay -procurando tener al lado el texto en catalán-) tiene uno la sensación de asistir a un ceremonial atávico. Pla escribió de Ortega («la clase se llenaba y le escuchaban muchos sacerdotes») y de su voz prodigiosa, pero yo creo que le interesó poco como filósofo. Ortega dijo, a propósito del espíritu de la letra -la ética de los griegos-, que Grecia era la piedra de toque para el intelectual, el hombre de intuiciones inmediatas, «afanoso de sumergirse en las cosas y de transmigrar desde sí mismo a los objetos para volver, como el buzo, sucio, roto, pero cubierto de algas y auténtica fauna abismal». Pla podía verse con un abrigo vuelto y la ceniza en las solapas (inolvidable la entrevista con Soler Serrano) quizá porque se quedaba en los objetos y volvía tal y como llegaba. Puede uno imaginarse a Ortega requisando de aquí y allá -pero la requisa provee melodía y quizá por ello no hay sinfonía en Ortega y sí la voz prodigiosa- pero es hombre elegante y nadie lo imaginaba irrumpir de ese modo, sucio y roto, antes bien con su traje cruzado, hombros poderosos, cierre cruzado y faldón largo. Los paisajistas -también Maragall- escriben sin esfuerzo, nada encubren (Ortega dirá del propósito del poeta «encubrir lo cotidiano con fantasmagoría»); el espíritu de la letra es, en cierto modo, su verso o artículo diario, la ceniza de Pla en los trajes gastados de Vergés que en poco recuerdan a la auténtica fauna abismal de la que habló Ortega con su prurito o irritación aristocrática. Claro que hay buzos. Aunque abunden poco en el auténtico paganismo de los paisajes.