En esta recta final de la primavera e inicio del verano, Albacete se convirtió en un escenario de primera línea para mostrar al mundo que nos gusta la música y que tenemos talentos suficientes, que no somos una ciudad perdida en la vasta llanura manchega.
La semana comenzó con la Fiesta de la Música, una jornada en la que durante todo el día hubo actuaciones musicales en las calles y plazas de la ciudad. Los acordes invadieron el espacio público y contribuyó a dinamizar el día a día de los albacetenses. Sorprendía cómo los viandantes se detenían para escuchar, aunque sólo fuese durante unos segundos, a los intérpretes y hacer un descanso en sus ajetreadas vidas. Siempre que la música sale a la calle, los albacetenses lo agradecen y responden y más si se trata de intérpretes locales. No hay que olvidar que en la ciudad existen varios conservatorios y artistas sobradamente preparados para deleitar a sus convecinos con cualquier clase de música.
Pero la fiesta de la música no se quedó sólo en ese día, el final de la semana tenía reservada una de las citas culturales del año con el Antorchas Festival, que arrancó en su primera edición con una fuerza brutal, con los Simple Minds y Leiva como cabezas de cartel y que promete crecer en sus próximas ediciones. Si a la música le añadimos la magnífica gastronomía que poseemos en la tierra, la fusión es insuperable. El Antorchas Festival tiene que abrirse paso entre el maremágnum festivalero que existe en España y una buena fórmula es con los alimentos y platos autóctonos. En próximas ediciones veremos cómo crece el festival.