Eloy M. Cebrián

Eloy M. Cebrián


Ajedrez

23/07/2021

El presidente de la Federación de Ajedrez de Castilla-La Mancha ha declarado que el juego del ajedrez debería forma parte como asignatura del currículo oficial. Estoy seguro de que los chicos podrían obtener muchos beneficios de la práctica del ajedrez. Sin embargo, me molesta que cuando alguien tiene alguna opinión o causa que defender, lo primero que proponga sea añadir una asignatura al currículo educativo. Y no estoy diciendo que el número y naturaleza de las materias deba ser inmutable, como los libros del Antiguo Testamento. Todos los currículos educativos se basan en el modelo tradicional, que está con nosotros desde el siglo XIX, con ciertos cambios que suelen obedecer más a las modas pedagógicas y a los dictados políticos que al sentido común. Nuestro mundo no se parece en nada al de la Revolución Industrial, y la escuela debe adaptarse a las necesidades de nuestra época. Sin embargo, existe un núcleo de conocimientos imprescindibles para comprender el mundo y para desenvolverse en él. Podemos pensar que materias como la lengua, la literatura, la geografía, la historia, la filosofía, la educación física, las matemáticas, la física, la biología y las lenguas extranjeras (y esto incluye las clásicas) son tradicionales, pero renunciar a ellas para hacerles hueco a materias más de moda es condenar a los estudiantes al analfabetismo funcional. Me parece fantástico que los alumnos jueguen al ajedrez o aprendan bailes regionales, pero las horas lectivas no se pueden estirar para dar cabida a todo lo que la peña opinadora considera «imprescindible» en cada momento. Y lo mismo pienso sobre la obsesión de los políticos por dedicarles asignaturas independientes a cuestiones como la tolerancia, el respeto a la diversidad y a los valores democráticos, que no es que no sean importantes y aun vitales, pero precisamente por eso se deben impartir de forma transversal desde todas las materias y, sobre todo, desde el ejemplo que los chicos reciben en sus casas.