Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


La estrategia del avestruz

12/05/2022

Desde que desapareció la obligatoriedad generalizada de la mascarilla y se relajaron las restricciones impuestas por la gravedad de la pandemia en sus momentos más álgidos, hemos entrado en una nueva fase de convivencia con el Covid que parece diseñada por la estrategia del avestruz, que consiste en que al comportarse como si el problema no existiera y lo ocultáramos a nuestra vista escondiendo la cabeza, el tema ya está solucionado. En definitiva, comportarse como si no pasara nada grave y solucionar una nimiedad simplemente apartando de nuestra visión aquello que no nos interesa. Llevamos así ya un tiempo en el que metiendo la cabeza en el agujero, y al no verlo, terminamos por creer que el riesgo ya no existe. Ignoro si es cierto ese comportamiento que se atribuye a estas aves o es solo una de tantas leyendas sin base real para sostenerla, pero lo que sí es cierto es que cuando actuamos de esta manera siempre nos equivocamos y en ese error quedamos a merced del acechante enemigo al que no queremos ver mientras él no nos quita ojo como presa fácil. Justo lo que está ocurriendo ahora con la pandemia, que mientras ha desaparecido de los titulares y primeras páginas de los periódicos o de la que apenas queda presencia en los minutos de los telediarios, sigue sumando contagios, ingresos hospitalarios y muertes, que ya nadie sabe si se contabilizan o no, bajo el criterio del nuevo formato con el que las administraciones regulan los datos estadísticos que se registran bajo unos criterios que, ciertamente, sí parecen diseñados bajo la estrategia del avestruz: agachamos la cabeza y que pase lo que tenga que pasar. ¿Séptima ola? ¿Más repuntes? No los vemos.