Los autores españoles están en el escaparate de la feria de Frankfurt, y con dicho motivo los visionarios de Babelia produjeron un listado con los mejores libros en lo que llevamos de siglo, una forma un poco apresurada de decantar un juicio que corresponde más a nuestros herederos que a nosotros, faltos de perspectiva suficiente. ¿Cuántos de esos nombres perdurarán el siglo que viene? Jordi Gracia, que a su condición de crítico añade la de zahorí, aventura que al menos tres: Marías, Vila-Matas y Cercas. Puesto que no estaremos aquí para comprobarlo, mejor tomarse con humor estas predicciones y no darles más valor que el que tienen: un anzuelo comercial y, en el caso de Babelia, paritario. En literatura solo hay de cierto que todo es incierto y caprichoso, y hoy más que nunca cuando la aceptación crítica ha de ser refrendada por la corrección política: nombres que relumbraban hace un siglo están en la opacidad del olvido, y otros de los que nadie sabía están por delante en esa carrera de relevos o liga de campeones en que han convertido la historia de la literatura. Por no hablar de escritores de condición guadianesca, que asoman o desaparecen al ritmo de modas fungibles, caso de Torcuato Luca de tena, autor cuya fama inaugural se desvaneció en las últimas décadas y que ahora resurge en virtud de una película exitosa. ¿Se seguirá leyendo a Pérez Reverte cuando los lectores del futuro no puedan disfrutar de sus cuchufletas de tuiter? Entre mis lecturas recientes se encuentra Charles Morgan, que tiene un empaque no menor que el hoy triunfante Javier Marías. Todavía es pronto para saber si al madrileño le aguarda el destino de Conrad o el de Morgan.