Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Comisiones

23/04/2022

No es ilegal, ni es nuevo. El comisionismo (la RAE no admite el palabro aún, pero no debería tardar mucho) ha sido siempre una de las profesiones más rentables. La intermediación a cambio de dinero, la conexión de personas e intereses, el tráfico de favores y oportunidades, es a lo que se dedican -en esencia- buena parte de los hombres de negocios. En todos los regímenes políticos. En todos los sistemas. Había comisionistas célebres en el Imperio Romano. Los había en la Unión Soviética. El capitalismo de amiguetes, el 'capitalismo de cuates' que dicen los mexicanos, es la sublimación de un arte.
Lo que sí es novedoso es ponerle al fenómeno un micrófono, un altavoz, un registro público. Escuchar cómo se negocian los acuerdos, con qué crudeza se establecen los términos y se reparten en minutos cantidades de dinero que equivalen a vidas enteras de trabajo duro para la mayoría de nosotros. Cómo vuelan los millones sobre una servilleta, cómo se detallan a bulto en un audio de whatsapp, cómo las mejores oportunidades surgen cuando nos asalta una tragedia: en pandemia, en guerra, en los momentos más oscuros.
Es sano meter un micrófono entre bastidores para entender que detrás de muchos de los discursos románticos sobre 'emprendeduría y networking' no hay más que chanchullos e intercambios de favores. Es sano escandalizarse y poner en la picota a quienes vuelan fuera de radar. Siendo conscientes de que las cosas no van a peor, sino que van como siempre. Con la única diferencia de que ahora nos podemos enterar de lo que ocurre. Y de que tenemos herramientas y capacidad para exigir que las cosas ocurran de otra manera.