Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Los Karmento

08/11/2022

Una eternidad, casi, han tardado en darse cuenta de los Karmento. Muchas veces, sobre todo tras verlos en directo, me preguntaba porqué allá por los madriles -donde se cuecen los negocios discográficos de postín- nadie se daba cuenta de que Carmen Toledo y su magnífica cuadrilla era lo que necesitaban. Lo suyo siempre ha sido otra cosa. Les sale así, orillando tontunas, sin postureos, ni argumentarios marketinianos. Sin confeti, ni en tanga, sin rastro de vocoder. A pelo, desde el calor húmedo de la entrepierna, aquí la naturalidad fluye y manda. Los Karmento siempre han sido de verdad. Bajo el ancestral gusto de la abuela bogarreña de su lideresa. Apostando por el sonido en barbecho, fresco y crujiente, pero siempre hurgando en el incierto futuro para sonar mejor en el presente. Tras su oportuna mudanza vino este feliz devenir. Y ahora, resulta, que se perfilan como la opción más apoyada por el respetable para representar a España en Eurovisión 2023. Casi nada al aparato. Y no es porque este que firma le tenga mucha consideración a dicho concurso. Es porque se trata de una oportunidad magnífica para que todo quisque -oriundo o foráneo- descubra a unos Karmento que son gloria bendita para unos oídos castigados con toneladas ingentes de reguetón barato y abominable trap calorro. La tractormami serrana quiere y duele, canta 'cri cri' como loca al amanecer y conquista el Benidorm Fest sin entender de qué va. Ni falta que le hizo. A los kamentistas se les hizo algo raro verla en solitario, sin su Emilio Abengoza del alma, Alvany y Rosi. Pero no dejó de ser pura Karmento encima de un escenario que le supo agradecer su valentía, descaro y talento. Sus ocasionales rivales, ahora, ya no la miran de reojo. Tampoco ya se dan codazos cuando les espeta, orgullosa, que es de Albacete. La ven favorita. Saben que en RTVE gustan mucho este tipo de propuestas periféricas, folkis y genuinas. También que, tras «lo de Chanel» -frente a Rigoteta y las techno meigas- toca apostar por otras cosas. Y eso es Karmento. Será en la cuna del pop donde estos albaceteños podrían sentar cátedra musical eurovisiva. O no. Qué más da. De momento, a fuerza de seguir por su propia linde, ya están en boca y oídos de todos. Ea.