Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Encuestas, tendencias y poder sin escrúpulos

04/10/2022

Creo en las encuestas sobre intención de voto. La sociología electoral, en general, tiende a ofrecer un retrato estático de la comunidad política que estudia, y de sus preferencias. Se dice tantas veces que las encuestas fallan, que parece quedar la imagen colectiva de su ineficacia. No creo que sea así: lo que provoca, a veces, errores, es la incorrecta lectura que desde algunos profesionales y desde los agentes políticos se realiza de las mismas, olvidando principalmente que se refieren a unos días concretos.
En política un mes, y no digamos un año, es un mundo, en el que todo se transforma a velocidad de vértigo: el Partido Popular desde comienzo de año al verano ha pasado de estar por debajo de un veinte por ciento y con tendencia descendente, a estar por encima del treinta y con curva ascendente. Desde una evaluación de todas las encuestas publicadas en los últimos meses, sí que es posible, sin embargo, detectar vientos ya consolidados en gran parte del electorado, lo que es transcendente, pero de ninguna forma decisivo. ¿Cuál es, a mi juicio, ese panorama? Pues el de la consolidación a nivel del Estado de las tradicionales fuerzas mayoritarias (PP y PSOE), que tienen una base electoral de cemento que no suele bajar del veinte por ciento, y llegadas las elecciones guardan todas las posibilidades de sobrepasar el treinta, dado el recuerdo de voto y su implantación territorial. Y con estos partidos seguirán aún otros de más reciente creación, con una base o suelo de votantes en torno al diez por ciento y cada vez más desengañado y movilizado, que están en condiciones de ser decisivos para apoyar a populares y socialistas, pero siendo sus objetivos progresivamente descartados en la práctica. Si el PSOE, por ejemplo, está haciendo cosas propias de Unidas Podemos, no es tanto por la fuerza social de la extrema izquierda sino por la deriva que el líder de los socialistas, Sánchez imprime esperando que la confrontación de clases le sea propia en época de crisis. Y es que antes las elecciones se ganaban con el espacio más moderado o centrista, pero ahora los parroquianos piden sangre. Nada nuevo bajo el sol cuando la crisis económica se instala durante años en un país.

ARCHIVADO EN: Política, PSOE, Podemos, PP